Por José Renan
Según la organización Plan Internacional, la República Dominicana se encuentra, junto a Nicaragua, en el primer lugar de países de América Latina donde se permite el matrimonio infantil. En el 98 % de los casos de matrimonio infantil se ven afectadas las niñas y en su mayoría menores de 17 años de edad.
Una de cada cinco adolescentes en la República Dominicana está actualmente casada con un hombre de más de 10 años de diferencia. Esto, en conjunto con muchas otras variables, facilita y encubre una serie de actos aberrantes a niñas y adolescentes que incluyen abuso físico, psicológico y sexual.
Según la Convención de los Derechos del Niño, se entiende por niño o niña a todo ser humano menor de 18 años de edad. Tomando esto en cuenta, es importante resaltar que la ley en la República Dominicana en el código civil en su artículo número 144 establece que la edad mínima para contraer matrimonio es de 18 años para los hombres y de 15 años para las niñas. Además, existe la ley 49-99, que expresa que mediante la firma de un tutor legal, padre o juez se le permitirá a un menor de edad contraer matrimonio.
El matrimonio infantil es una violación directa a los derechos humanos pues es la forma más generalizada de abuso y explotación sexual de las niñas. Las consecuencias de este acto van desde la separación de la familia nuclear, eliminación del círculo amistoso, interrupción del desarrollo educativo, impedimento del desarrollo social y reducción de oportunidades de desarrollo profesional. En un caso de estudio formado por UNICEF se reveló que 7 de cada 10 adolescentes que participaron en dicho estudio estaban embarazadas antes de casarse, demostrando el claro abuso físico y sexual en las que estas se encontraban.
Pareciera haber un consenso en la República Dominicana en cuanto al concepto generalizado de eliminar todo aquello que facilite la materialización del matrimonio infantil. Sin embargo, existe una falta de voluntad o prioridad en cuanto al accionar de una manera contundente en contra de esta problemática.
El oficialismo se ha pronunciado junto a UNICEF en contra del matrimonio infantil, la oposición mediante sus representantes políticos por igual, miembros del sector privado han expresado su descontento con la existencia de dicha ley y la sociedad civil ha demostrado claro respaldo a las iniciativas sociales (firmas y campañas) en contra del mismo, por lo que se pudiera entender que todas las partes están completamente de acuerdo.
La sociedad dominicana sigue a la espera, esta vez, de sus representantes congresuales de manera que tomen acciones contundentes tomando en cuenta la posición unificada de todos los sectores que componen la sociedad dominicana. El matrimonio infantil sin dudas es un acto aberrante y violatorio a los derechos que tiene cada niña. La sociedad como voz defensora de ellas exige a sus autoridades a una sola voz “no al matrimonio infantil”.
José Renan Espanhol es un joven empresario dominicano con vocación política, administrador de empresas especializado en negocios internacionales y economías emergentes.