El nombre del autor de este artículo se omite por su propia seguridad, pues reside en Cuba.
Luego de la embriaguez, llega la resaca. Cuando la sed de poder es insaciable, la resaca es interminable. Por eso sigue el mal sabor de los festejos del 1ro de mayo, día supuesto del trabajador.
Una profunda tristeza me invade al ver, cada 1ro de mayo, cómo millones de cubanos a todo lo largo y ancho del país desfilan sonrientes, ante la presencia humillante de quienes son responsables de todas sus calamidades, gritando frenéticos sumisas consignas elaboradas por los perversos gobernantes, sus verdugos implacables, cubriéndolos ante el mundo, con una falsa imagen de salvadores, imagen que ha servido, como puede entenderse, para legitimarlos en apariencias y perpetuarlos en el Poder.
Es por ésta razón que muchas personas en el mundo sostienen la firme convicción de que el pueblo cubano se siente orgulloso y plenamente identificado con sus gobernantes, así como con el proyecto político y social impuesto por estos; pero les aseguro, también con toda convicción, que ni el pueblo cubano ni sus gobernantes, creen tan burda falacia.
¿Por qué acuden entonces los cubanos a los desfiles del 1ro de mayo?
En primer lugar, debo señalar que la sociedad cubana no está compuesta de individuos, sino de masas de individuos o lo que es lo mismo, individuos entendidos como masas, que actúan y se deben a la voluntad de los dictadores gobernantes expresada a través de las organizaciones políticas, sociales y de masas, diseñadas, creadas, controladas e impuestas por ellos, eso es señores, la voluntad del cubano ha sido suplantada por la voluntad de los gobernantes manifiesta en los estatutos y fines de dichas organizaciones, todas en pos de defender el sistema económico político y social existente, con el fin de perpetuar la esclavitud, la miseria y la infelicidad de los cubanos.
¿Qué cubano con excepción de los que como yo hemos decidido ser libres desafiando la voluntad de los dictadores, no pertenece al menos a algunas de estas organizaciones oficialistas? Les aseguro que ninguno.
Basta dar una simple orden para que que estas organizaciones de autómatas se hagan protagonistas de los acontecimientos sociales. En el caso de los desfiles del 1ro de mayo, los protagonistas fundamentales son las organizaciones laborales, también sumidas a la voluntad e intereses de los gobernantes.
¿Qué trabajador se negaría a participar en nombre de su entidad en un desfile el 1ro de mayo o cualquier otro acto convocado por los omnipotentes gobernante?
Sería un acto suicida, al poner en riesgo su fuente de sustento y la de su familia y lo que es peor aún, seria tachado enemigo de la revolución, mayor delito concebido para los cubanos.
Esto demuestra que no fue a los cubanos por su propia y libre voluntad a quienes vimos desfilar, sino a una masa de autómatas dirigida por la voluntad de los gobernantes.
Además señores, si realmente participaran en los desfiles cubanos medianamente libres, de seguro no lo harían de manera sonriente ni gritarían consignas adulando a sus eternos opresores, ni abogando por mantener el sistema económico, político y social que los asfixia, sino, lo harían, con más razones que ningún otro pueblo, para exigir mejoras salariales, mejores condiciones laborales, lo harían para reivindicar el derecho a la propiedad privada y al libre comercio, lo harían en fin, para exigir una vida digna.
Una muestra fiel de la falsedad de la adhesión voluntaria fue una la imagen de una niña, levantada en hombros, en plena manifestación por el primero de mayo. Por respeto de su edad no incluiré su imagen, pero la describiré. Tenía una camiseta con dos princesas de una película de Disney y un teléfono inteligente que nadie podría financiar con un sueldo cubano. Usaba símbolos que representan a quien la dictadura ha declarado su enemigo, pero ante su inocencia fue convertida en el rostro del supuesto éxito de la revolución.
*Mamela Fiallo Flor colaboró en esta nota.