Carlos Vecchio
Todo se ha enfocado en el segundo asalto a la Asamblea Nacional, ocurrido el 5 de julio en Venezuela, por su agresividad y violencia. Fue grave. Pero más grave,violento y perverso fue el primer asalto liderado por el vicepresidente Tareck El Aissami con parte del tren ejecutivo y del alto mando militar.
Parte del tren ejecutivo ingresó a tempranas horas de la mañana a la sede del Poder Legislativo sin notificar a sus autoridades para realizar un acto en el salón elíptico de la Asamblea, donde reposa nuestra acta de independencia. Fue una operación comando que incluso permitió el ingreso de un grupo de fanáticos quienes después participarían en el segundo asalto. Fue el acto que propició y alentó el segundo asalto.
Decimos que fue más grave, violento y perverso porque fue el asalto desde el Ejecutivo contra un poder legítimo como lo es la Asamblea Nacional. Fue realizado con premeditación y alevosía teniendo plena conciencia que se trataba de un atropello, un asalto y un irrespeto a la Asamblea Nacional.
El segundo asalto contra la Asamblea fue de matones y mercenarios. Pero el asalto de Tareck fue un acto de arrebato que se aparta de los principios mínimos de convivencia. De desprecio a la democracia. De desprecio a la voluntad popular expresada el pasado 06 de diciembre de 2015 cuando fue electa la actual Asamblea Nacional, por más de 14 millones de venezolanos. Fue hecho sin escrúpulos y planificada desde el palacio de Miraflores. Fue la puesta en práctica de la aborrecible frase expresada por Maduro ” lo que no logremos por los votos lo lograremos por las armas”. Fue un asalto que solo lo hacen los dictadores.
El comunicado de Mercosur recoge muy bien lo delicado de ese asalto al expresar en su comunicado que el mismo “constituye un avasallamiento del Ejecutivo sobre otro Poder del Estado, inadmisible en el marco de la institucionalidad democrática”
Los diputados democráticos supieron defender con honor y coraje los atropellos. A nuestros diputados les ha tocado defender la función de la Asamblea Nacional que no está escrita en la Constitución. Es decir, no defendieron la posibilidad de legislar, o controlar o de foro político (funciones típicas de los parlamento) sino la defensa más noble de cualquier ciudadano: defender la República y la democracia un 05 de Julio. Venezuela vale la pena.
Carlos Vecchio es abogado y dirigente político venezolano. Es coordinador político nacional del partido Voluntad Popular. Exiliado político