Por Henner Solarte
No hay duda de que el desarrollo de una sociedad depende primordialmente de la educación que dicha sociedad tenga. Cuando el individuo adquiere conocimientos acordes a sus talentos, es capaz de explotar su potencial, transformándolo en innovación que no solo mejora su calidad de vida, sino también la de otros.
Por eso es indispensable que los jóvenes tengan una educación que sea capaz de mejorar sus habilidades. Actualmente muchas naciones buscan garantizar la educación básica y secundaria de forma “gratuita” y universal, pero este concepto de gratuidad en la educación en pro de la igualdad comete el error de asumir que todos somos iguales, y no es así: tanto las necesidades como las habilidades de una persona son diferentes a las de otras.
Si se quiere mejorar el desempeño de los jóvenes, estos deben recibir una educación que se acomode a sus necesidades. Los políticos alaban programas de educación que solo son planes de estudio estandarizados que asumen erróneamente a la población a educar como igual, volviendo a estos unos simples receptores de información e inhibiendo muchas veces las capacidades individuales de los estudiantes. De forma hipócrita, estos políticos envían a sus hijos a colegios privados que obviamente ofrecen una mejor calidad educativa.
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Es necesario promover un sistema educativo donde padres, hijos y maestros tengan la palabra y decidan cuál es el mejor tipo de educación que se les brinda. No es el burócrata sentado en una lujosa oficina el que sabe qué es lo mejor para la población, somos nosotros los que conocemos nuestras fortalezas y nuestras debilidades, por lo tanto debe estar en nuestras manos la posibilidad de elegir lo que es mejor para nosotros, y en el caso de la educación nadie conoce mejor las fortalezas de los jóvenes como ellos mismos y sus padres.
Para que esto sea posible se debe avanzar en la creación de una educación pública pero no estatal. En palabras del economista español Juan Ramón Rallo,
La auténtica y genuina revolución que necesita la enseñanza descansa sobre dos principios esenciales: la libertad de organización de cada centro de enseñanza y la libertad de elección de los padres. Solo lograremos revolucionar verdaderamente la educación permitiendo que cada escuela diseñe su propia oferta electiva (horarios de clase, calendario escolar, carga de trabajo, planes de estudio, itinerarios, lengua vehicular, actividades extraescolares, metodología, perfil de los alumnos por aula, etc.) y que cada pareja de padres seleccione aquella opción que considere mejor para las necesidades particulares de su hijo.
Esta es la forma ideal de promover una educación que no solo se dedique a dictar día a día información generalizada sobre los diferentes campos de estudio, sino que también logre explotar las habilidades individuales de cada estudiante, permitiéndoles desde temprana edad conocer plenamente sus talentos y poder sacar provecho de ellos con el objetivo de mejorar en un futuro su calidad de vida.
¿Cómo se puede lograr? Una idea libertaria consiste en subsidiar la demanda en vez de la oferta. En lugar de que los gobiernos destinen dinero a los colegios o secretarías de educación (normalmente entidades corruptas que son manipuladas por la politiquería o los sindicatos), este debe ser enviado directamente a los padres que deben hacerse responsables del centro educativo al cual quieren enviar a su hijo.
En vista de esto, cada centro educativo tendrá que competir para elaborar el mejor plan y metodología de estudio. Obviamente los padres enviarán a sus hijos al centro educativo que más se adapte a sus necesidades. Por otro lado, los padres podrán optar, si así lo consideran, en aportar más recursos de sus bolsillos, que sumados al dinero destinado por el gobierno, les permitirán enviar sus hijos a un colegio de mejor calidad, favoreciendo a todas las partes.
Para mayor entendimiento dejo dos referencias fáciles de entender.
La primera es un video de la serie de los ochenta “Free to choose” donde el economista Milton Friedman expone su idea de los bonos o “vouchers” escolares.
La segunda es el plan de gobierno que diseñó el Movimiento Libertario de Colombia para las pasadas elecciones de la Alcaldía de Bogotá.
*Henner Solarte es chocoano, estudiante de economía de la Universidad EAFIT en Medellín, Colombia. Escritor, investigador independiente. Miembro del movimiento libertario de Colombia.