EnglishPor Bertha María Carrillo
Ayer por la noche, tras la noticia de la victoria del presidente Mauricio Macri, los argentinos que optaron por el cambio se volcaron a las calles. Entre el jolgorio y la algarabía, un vendedor de banderas (aprovechando el momento para ganar unos pesos), gritaba, entusiasta: “¡Se acabaron los choripanes, porque ya empieza la época del trabajo!”.
Eso es lo que representa Macri en el sentir popular: la esperanza del cambio, del estar bien en una Argentina con déficit, inflación, con un desbordante gasto público y un Estado que duplicó de tamaño durante la época “K”.
Menos de tres puntos de diferencia acabaron con 12 años de gobierno kirchnerista. Mauricio Macri es el primer jefe de Estado, desde que se instituyó el voto en 1916, que no pertenece ni al partido peronista ni al radical socialdemócrata, las dos grandes fuerzas populares que monopolizan a la Argentina.
Las primeras palabras del presidente electo mostraron un camino diferente, una manera prometedora de entender el poder. “Esta Argentina no va a ser fruto de un iluminado… El cambio no puede detenerse en revanchas y ajustes de cuenta. Gracias, gracias, gracias de verdad. Gracias por haber creído que juntos podemos construir la Argentina que soñamos”.
Mientras en Argentina ganó la democracia, la gran perdedora fue Cristina Fernández, junto al candidato que eligió para que la sucediera. Su alianza, Frente para la Victoria, no logró la conquista para la que fue creada. Ni la campaña de descrédito y miedo implantada a partir del 25 de octubre ni el festival de subsidios impidieron que los argentinos expresaran negativa a continuar gobernados por la corrupción.
Otro gran perdedor es la alianza chavista que tenía el gobierno de Cristina. El electo presidente ha reiterado que pedirá aplicar la cláusula democrática y suspender a Venezuela del Mercosur por tener presos políticos, entre ellos a Leopoldo López.
[adrotate group=”7″]Después de la alegría por el triunfo, Mauricio Macri ha planteado tres medidas primarias al arribar a la Casa Rosada, el próximo 10 de diciembre. La primera de ellas será declarar en emergencia la seguridad. El electo presidente dejó en claro que la lucha contra la inseguridad y el avance del narcotráfico será una prioridad en sus primeros días de gestión. La segunda medida será restituir un dólar único, a lo que Macri ha añadido que “el cepo cambiario es un error”. Y, no menos importante es la derogación del polémico memorándum de entendimiento firmado por el gobierno kirchnerista con Irán para investigar el atentado a la AMIA.
Otras de las medidas inmediatas del nuevo gobierno será la apertura de la Argentina al mundo, las alianzas estratégicas con Brasil, ingresar a la Alianza del Pacífico y fortalecer el Mercosur. “Queremos afianzar todas las relaciones con los hermanos de Latinoamérica y el mundo. El país necesita ingresar en el siglo XXI e intercambiar economía y cultura”, dijo en su primera conferencia de prensa.
Sin duda, el líder de Cambiemos asume un gran reto con la conducción del país del sur. Con esta victoria empieza nueva época. Argentina ahora tiene todas las oportunidades para emerger y volver a una democracia real. Sin embargo este cambio, al igual que los resultados del balotaje, no hubiera sido posible sin la unidad, sin la confluencia de los sectores y fuerzas políticas que se unieron en torno al frente Cambiemos. Y para continuar con el proceso y prosperen las medidas necesarias, es inevitable que la oposición al peronismo y kirchnerismo permanezca unida.
Y Macri lo sabe: “Le pido a Dios que me ilumine para poder ayudar a cada argentino a encontrar su forma de progresar. Yo estoy acá porque ustedes así que les pido por favor, no me abandonen, sigamos juntos”, ha remarcado.
Bertha María Carrillo es peruana, licenciada en Ciencias de la Comunicación, con estudios de Maestría en Gerencia Social y especialización en Comunicación Política; es articulista y colaboradora para diversos medios virtuales de Latinoamérica y EE.UU. y conferencista en temas de Democracia, Ciudadanía y Comunicación. Síguela en @BMariaCarrillo.