En respuesta al artículo “Universidad argentina rechaza a profesor de la Escuela Austríaca” (7 de mayo de 2015), por Belén Marty.
En un artículo reciente, “Usinas de Ideas Conservadores” publicado por el suplemento de economía Cash, del diario cuasi gubernamental Página/12 el Ingeniero en Petróleo Vladimir Cares señala que “hay nexos íntimos entre la ideología neoliberal y las prácticas autoritarias”.
Para demostrar su hipótesis se basa en una compilación caprichosa de imágenes, dichos y oraciones aisladas al mejor estilo de los programas de TV de propaganda oficialista TVR o 678.
Como si un editor de cámaras tomara frases y expresiones fuera de contexto utilizando un mecanismo de asociación adolescente, el autor concluye que, cómo supuestamente un liberal apoyó una dictadura, entonces todos los centros de estudios lo hacen, todos los liberales lo hicieron y por lo tanto el liberalismo es la cuna del autoritarismo.
Es más, concluye el ingeniero petrolero Cares sin probar nada: “un hecho clarificador es que todas las instituciones mencionadas poseen sólidos vínculos entre sí”.
Es tan genial e irrisorio el artículo de Cares que si no fuera profesor a dedo de la Universidad del Comahue bien podría postularse —quizás con la misma dactilar suerte— para guionista de la teatral avenida Corrientes, en Buenos Aires.
Es necesario destacar que, quizás con algún cargo de culpa, el petrolero Cares recientemente recibió la bendición de “ganar” un concurso docente en la Universidad del Comahue, frente a un competidor economista, doctorado, con papers escritos en revistas especializadas y experiencia docente en Economía, pero que tenía el “defecto” de compartir los preceptos de la Escuela Austríaca de Economía.
Cares descargó su ira en el referido artículo, sin fundamentos y con dudosa lógica, posiblemente a raíz de la necesidad de justificar tal atropello y discriminación.
Pocos derechos podrán defenderse si se anteponen falacias ridículas para explicar las causas de su violación
Es cierto que a veces es necesario llenar “el blanco” de los diarios. Esos espacios donde los editores no tienen nada que poner. Mucho más en Página/12, donde la publicidad privada es nula y solo la “mano invisible” del Estado despilfarrador puede sostener un diario con menos lectores que columnistas.
Es francamente tétrica la línea argumental del petrolero escritor: dado que sos amigo o simpatizante, entonces sos nefasto como el fulano.
Típico argumento fascista utilizado por todos los dictadores de todos los colores. Los enemigos del liberalismo suelen caer en estas contradicciones; abrazan decididamente argumentos fascistas y autoritarios.
Atribuir la responsabilidad de las dictaduras y las violaciones de los derechos humanos a pensadores de la libertad, tales como Friedrich Hayek, Manuel Ayau o Milton Friedman, es una payasada.
Banaliza el problema que fueron las dictaduras en América Latina y abofetea la causa de los derechos humanos. Pocos derechos podrán defenderse si se anteponen falacias ridículas para explicar las causas de su violación.
Cares cae en contradicciones infantiles. Válidas para una discusión en la sobremesa de un bar o entre entusiastas ideologizados de un centro de estudiantes. Pero comprenderá nuestro petrolero devenido en economista que así como Aristóteles no es responsable de la esclavitud, Marx tampoco lo es del acoso sexual ni una frase fuera de contexto lo puede ser de una dictadura.
Estimado compañero Cares: si usted desea buscar ideologías afines a los Gobiernos autoritarios, deberá buscar por el lado de sus amigos. Le sugiero buscar por quienes hacen del Estado una religión, quienes buscan el discurso único (por pretendidamente popular que fuera), quienes desprecian el esfuerzo individual, quienes ven en el progreso una amenaza y entre quienes se erigen protectores de los pobres cuando en realidad solo logran postergarlos para siempre.
Gustavo Lazzari
Economista de la Fundación Libertad y Progreso
Empresario
Buenos Aires, Argentina.