La entrega de obras y la convocatoria para la Bienal Nacional de Arte ha sido aplazada en República Dominicana y por qué será?
Han fallado ministros anteriores en conformar un equipo eficiente en el que verdaderamente puedan delegar y que se lleven a cabo exitosamente la recolección de informaciones, que permitan coordinar los procesos que hacen falta para que se pueda llevar a cabo no solamente la Bienal de Artes en República Dominicana, sino también la planificación funcional de exposiciones y del proceso curatorial de los museos en República Dominicana.
Como la mayoría de las cosas que se hacen en nuestro gobierno y de manera idiosincrática en nuestro país, estamos improvisando con lo más importante que tiene un país: su cultura. El proceso de planificación de las iniciativas culturales no debería de ser algo que los ciudadanos tomemos a la ligera y mucho menos que tomemos en cuenta solo en el corto plazo.
En los países latinoamericanos como funciona el plan de financiamiento es que se hace un presupuesto a diez años en el que se designa un monto específico a cada museo, detallando incluso cuanto se va a invertir en cada uno de los salones de exposiciones, (en Europa los Museos planifican incluso a quince años) y se asigna un presupuesto por museo y por salon, de manera que no importa que cambie anualmente el ministro o persona a cargo de llevar a cabo estas iniciativas, ya que un organigrama de gastos y del personal necesario para ejecutar estas iniciativas está bien estructurado,redactado y detallado en un documento que sirva como guía de uso con los lineamientos a seguir en cada museo.
Esto, aparte de ofrecer mayor facilidad para la planificación de las iniciativas culturales, da lugar a que haya variedad en la calidad y cantidad de artistas siempre y cuando se puedan respetar los lineamientos y presupuestos previamente establecidos.
En dicho presupuesto se debe tomar también en consideración los gastos extraordinarios, como las bienales, las que deberían de tener como su principal finalidad el acercamiento de individuos, colaboradores y organismos internacionales para que se atraiga inversión al potencial creativo dominicano.
Lo ideal sería que se presente un incremento también en el presupuesto que se va a gastar anualmente, consultado previamente con un asesor financiero, capaz de preveer cómo podrían o no variar los gastos en los costos fijos de los museos o instituciones culturales dada la estabilidad que haya en el país.
Ese es un tema que tampoco se ha aborda con frecuencia cuando se hacen foros y conversatorios a nivel local: el valor económico y financiero que tienen las obras de arte. Más allá de servir como un centro recreacional, el Museo de Arte Moderno debería de servir como un espacio en el que los artistas puedan exponer su trabajo y que el mismo pueda ser apreciado por inversionistas que tengan el poder adquisitivo de comprarlas.
Las instituciones financieras internacionales tienen incluso departamento de arte que se dedican a la búsqueda y selección de obras de arte para colocar en espacios de trabajo, aunque también sirven como un importante activo financiero ya que las obras de arte no pueden perder valor en el tiempo, al contrario.
Aparte de que el valor económico de las obras crece en el tiempo, da la oportunidad a los coleccionistas a luego hacer exposiciones, museos,o incluso revenderlas en caso de que sea necesario.
En un país como el nuestro, con tanta apertura al comercio internacional y con un sector turístico creciente, la venta y distribución de obras de arte puede servir incluso como una fuente de trabajo para personas con poco nivel de especialización y que el envío de obras monumentales que puedan ser colocadas en espacios públicos sean motor de expansión para el sector de exportación también.