Karin Svanborg-Sjövall es la directora de TIMBRO, el think tank más importante de Suecia. PanAm Post se ha reunido con ella en la última edición del Europe Liberty Forum de ATLAS Network. Nuestro objetivo era conocer con mayor detalle el exitoso modelo económico del pequeño país nórdico. Estas fueron sus principales reflexiones.
Suecia tiene unos impuestos muy elevados, pero su economía funciona bien. ¿Es un éxito del socialismo?
Si no medimos el tamaño del Estado en las economías del Norte de Europa, resulta que el grado de libertad económica registrado en Suecia es el más alto del mundo. Incluso si incluimos ese factor, figuramos entre los primeros puestos de los rankings internacionales. Por tanto, Suecia no es un éxito socialista, sino liberal.
¿Cuándo se convirtió Suecia en un ejemplo de liberalismo?
El colapso económico de los años 90 condujo a reformas estructurales del Estado de Bienestar. El sistema de pensiones está ajustado a la demografía, de modo que no hay un “robo intergeneracional” sino una marcada sostenibilidad.
Además, se introdujo la libertad de elección en la educación, la sanidad o la búsqueda de empleo, para que los contribuyentes elijan si quieren recibir servicios públicos gestionados por el Estado o manejados por empresas privadas. Y no hay que olvidar que el sistema fiscal ha cambiado a mejor, de modo que el Impuesto de Sociedades se ha reducido y ya no tenemos ni Impuesto de Patrimonio ni Impuesto de Sucesiones.
Estas reformas han producido un boom del emprendimiento
Somos una economía pequeña, de modo que necesitamos abrirnos al mundo. El alto grado de peso del comercio nos ayuda a competir con países mucho mayores. No le tenemos miedo a la innovación, sino que nuestro objetivo es fomentarla y promoverla a base de permitir un alto grado de libertad comercial. Tenemos muchas historias de éxito. La gente se acuerda de Tetra Brik, IKEA, Volvo… Pero Estocolmo es también un hub para las start ups europeas. Aplicaciones como Skype o Spotify se han desarrollado en Suecia.
Pero el modelo no es perfecto
Desde luego. Como tenemos unos impuestos tan altos, parte de la riqueza que se crea inicialmente aquí termina desarrollándose en otros países. Skype hizo las maletas y se fue de Suecia para disfrutar de un mejor tratamiento fiscal en Estonia. Spotify se ha trasladado a Nueva York, también para beneficiarse de un modelo más atractivo como es el de Estados Unidos. Las empresas que triunfan en Suecia hacen las maletas en cuanto pueden. Y no se van a países socialistas, sino a países que son más liberales.
La inmigración es el “test de estrés” que pone a prueba el Estado del Bienestar sueco
En términos per cápita, hemos aceptado el mayor volumen de inmigrantes y refugiados de toda la OCDE. Esto ha puesto de manifiesto las rigideces del mercado laboral. Es cierto que no hay salario mínimo, pero los salarios de entrada que pactan empresas y sindicatos son demasiado elevados. Todo eso expulsa a miles de trabajadores y genera bolsas de marginalidad. Al mismo tiempo, esos problemas para integrar a la población extranjera alimentan el auge del populismo