En Venezuela no hay ninguna duda del pésimo sistema sanitario del socialismo del siglo XXI. Este jueves 12 de marzo un grupo de médicos, padres y personal asistencial realizó una protesta —convocada por el gremio de la salud y respaldada por los líderes de la oposición— a las afueras del hospital José Manuel (JM) de los Ríos en Caracas, en la que exigieron la dotación de insumos para el funcionamiento del principal centro médico pediátrico del país. Y casi en paralelo a dicha protesta, una de muchas que se realizan a diario, Nicolás Maduro se atrevió a tocar el tema del coronavirus, la nueva pandemia que ha sumido al mundo en pánico.
En el marco de la manifestación en el pediátrico infantil de la capital, el presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, además de denunciar las condiciones deplorables en las que se encuentran los hospitales llamó al Gobierno a asesorarse con especialistas en el ámbito de la salud pública «para que el cerco epidemiológico se haga de manera eficiente» ante el aumento de casos de coronavirus en la región.
Funcionarios de la PNB con equipos antimotines bordearon los alrededores del Hospital J.M. de Los Ríos mientras los médicos, trabajadores y familiares de pacientes protestaban por crisis general del hospital.
Maduro usando fuerza policial para intimidar. pic.twitter.com/8ZBYQAmXWI
— PROVEA (@_Provea) March 12, 2020
Si bien desde 2019 ya se hablaba del brote en China, y se sabía que los coronavirus son una gran familia de virus respiratorios que pueden causar enfermedades que van desde el resfriado común hasta el síndrome respiratorio de Medio Oriente y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), y que las relaciones con el país asiático ponen a Venezuela en potencial riesgo, por la cantidad de ciudadanos que van y vienen, Maduro no se había pronunciado formalmente sino hasta hoy.
Nicolás Maduro aseguró que «desde hace tres semanas hemos recibido alrededor de 30 casos a nivel nacional los cuales han sido descartados». Entre los anuncios que realizó dijo que a partir del 15 de marzo, entrará en vigencia la suspensión temporal de vuelos procedentes de Colombia y Europa a territorio venezolano, acción correspondiente a las medidas de prevención contra el coronavirus (COVID-19). Detalló que la suspensión podría extenderse por un periodo de un mes para “sumar a los procesos preventivos a nivel internacional”, sin mencionar en ningún momento que otro de sus aliados, el régimen cubano, con el que mantiene estrechas relaciones ya tiene casos confirmados.
«He decidido declarar al sistema de salud venezolano en emergencia permanente para prepararlo en todas sus capacidades para cualquier caso que en algún momento sea detectado en el país»,
Desde su burbuja en Miraflores indicó que se adelantan gestiones diplomáticas para establecer mecanismos de coordinación con la administración de Iván Duque que permitan proteger la zona fronteriza.
“Quedan suspendidos conciertos y concentraciones públicas y masivas para evitar que se cree el cultivo y propagación de esta pandemia del Covid-19 que está abatiendo a la humanidad”.
Además dejó abierta la posibilidad que si se complica la situación y si la enfermedad llegara a propagarse en el país, se reforzarán las medidas. «Si nos toca enfrentar el cierre de pueblos y ciudades en su momento (…) si nos toca suspender clases en todo el país, defenderemos al pueblo».
Pero ¿hasta qué punto Venezuela está preparada para atender casos que se logren confirmar (si es que ya no hay unos cuantos)? considerando que según estimaciones de la Federación Médica Venezolana más de 30 mil médicos han emigrado del país por lo difícil que era ejercer sin insumos, material ni condiciones mínimas; sumado a que además en un promedio entre 5 a 10 pacientes mueren en cada uno de los centros públicos del país sudamericano —claro está sin registros oficiales, porque las dictaduras nunca dan cifras reales—.
Venezuela no tiene cómo prepararse
Y es que Venezuela ha estado sumida en una espiral descendente durante varios años, causada por una combinación de la corrupción del régimen chavista y la caída del precio del petróleo. La hiperinflación producto de políticas económicas estatistas ha condenado a la escasez extrema de alimentos, medicinas y otros productos básicos, mientras que el deterioro del sistema eléctrico nacional con fallas diarias ha desencadenado la suspensión del servicio de agua potable, lo que agrava las condiciones de los centros de salud, situación que no discrimina entre servicios de urgencias como clínicas y hospitales y hogares promedio.
Ya en 2018 la Organización Panamericana de la Salud (OPS) había publicado un informe sobre la las condiciones sanitarias de Venezuela y advertía que el país “ha estado enfrentando una situación sociopolítica y económica que ha afectado negativamente los indicadores sociales y de salud”.
El documento daba cifras sobre los brotes de difteria, sarampión, malaria e infecciones por VIH. La OPS mostraba “inquietud” por el aumento de la mortalidad materna y en menores de ese año (2018), y la dificultad para acceder a los medicamentos y la atención adecuada de las personas con enfermedades crónicas potencialmente mortales.
De hecho este documento en el contexto sanitario nacional resaltaba la falta de acceso a los medicamentos esenciales, el déficit severo de atención adecuada, oportuna y de calidad, de las personas con enfermedades agudas y crónicas, y un sistema de salud seriamente comprometido para atender la demanda de los grupos vulnerables y de mayor riesgo.
Diversas organizaciones nacionales e internacionales ya advertían a los organismos multinacionales de protección de derechos humanos, sobre el deterioro de las condiciones de vida en Venezuela. El mal funcionamiento del sistema de salud y la escasez creciente de insumos médicos y alimentos fueron las primeras señales de que el país se adentraba en una crisis de grandes proporciones.
El deterioro del sistema de salud no ayuda a las medidas que hoy se pretenden activar
De por sì la profunda crisis ya impide que muchas personas tengan acceso a las condiciones mínimas de salubridad pero el régimen venezolano eficientemente ha encontrado las mejores excusas ante la escasez, con los mejores indicios de una respuesta oportuna, conducente a mitigar y resolver las condiciones que dan origen a la crisis: “es un sabotaje de la derecha”.
Ahora bien, semanas atrás la OMS dijo que la adopción de medidas para detectar la enfermedad de manera precoz, de aislamiento y tratamiento los casos, de rastreo de las personas que hayan estado en contacto con estas y de limitación del contacto social, adaptadas al riesgo, pueden ser eficaces para interrumpir la propagación internacional del virus, según expone la sociedad científica.
Sin embargo, en Venezuela no bastaría como ha ocurrido con otros países de la región, porque las condiciones para garantizar el derecho a la salud no existen por la naturaleza del virus letal llamado socialismo bolivariano.
Maduro entre sus medidas chavistas a finales del mes de febrero, anunció la creación de una Comisión Presidencial, encabezada por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, y acusó a Estados Unidos de haber creado el coronavirus como arma biológica contra China y contra los pueblos del mundo, la comisión ha servido para vigilar estrechamente las informaciones en medios y redes sociales.
Médicos han informado sobre análisis a varios sospechosos de estar contagiados y medios locales haciendo eco del peligro potencial, han sido hostigados y amenazados por informar sobre estas pruebas, hasta ahora negativas según el régimen y sus estadísticas presentadas hoy.
Por ahora solo queda esperar si con este anuncio de medidas preventivas, Maduro en cuestión de horas, nuevamente aparezca y al mejor estilo cubano asuma lo que muchos venezolanos creen, que ya el virus entrò al país.
Lo que recomienda la OMS
De manera preventiva, según la Organización Mundial de la Salud se recomienda evitar estar con personas infectadas y aumentar la higiene de manos para evitar la transmisión del coronavirus. También practicar la etiqueta de la tos, es decir, mantener la distancia, cubrirse al toser y estornudar con pañuelos desechables o ropa y lavarse las manos.
Mientras tanto bajo la orientación de especialistas queda saber que en Venezuela el ‘Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel (Inhrr)’ es el único centro acreditado para diagnosticar la COVID-19 en el país.
Este miércoles la oficina de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Caracas organizó un conversatorio sobre la nueva enfermedad, en la que se explicó que las muestras son tomadas por los epidemiólogos a la secreción nasal o faríngea con técnicas especiales, preferiblemente en los 5 primeros días después del inicio de los síntomas, máximo 10 días después, y debe refrigerarse. La técnica usada para diagnosticar puede durar siete horas. Ese tiempo incrementa al sumarse la duración del traslado de la muestra.
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