En una conversación con el PanAm Post, el expresidente de Bolivia Jorge Quiroga (2001-2002) declaró que el futuro de Evo Morales como presidente de Bolivia depende de la permanencia del dictador Nicolás Maduro en el poder en Venezuela.
Refiriéndose a la relación entre el auge del Socialismo del Siglo XXI durante la década pasada y la economía de la región, Quiroja afirmó que muchos países de Latinoamérica enfrentan un problema en común desde que “concluyó la bonanza económica china”. En Sudamérica”, explica Quiroga, “todos exportábamos energía, comida o minerales a precios ascendientes y en volúmenes crecientes que llenaban las arcas de los países. China compraba petróleo venezolano, carbón colombiano, hierro brasileño, soja argentina, cobre chileno, en Bolivia minerales (y) gas que exportamos mucho a los vecinos. Y los precios subieron.”
Entre 2004 y 2014 hubo una “década de oro”, con “mucho ingreso fiscal, mucho desperdiciado. ¿Y qué sucedió en Bolivia? Corrupción, malgasto, derroche, palacios, aviones, helicópteros, museos de glorificación personal, terminó ese ciclo. Ahora los precios del petróleo han caído, el del gas inmediatamente refleja esto a los pocos trimestres. Cayeron las exportaciones a la mitad de lo que fue el pico más alto en el 2014”.
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Esto trajo contracción y dificultades económicas, y “en lo político (hay) un gobierno que se ha aferrado al poder. Ya hicieron una trampa con un mecanismo judicial para habilitarse al tercer mandato. Intentaron con el referendum del año pasado buscar un cuarto mandato, modificando la constitución. Le djimos ‘no’ en Bolivia en una campaña totalmente desigual, asimétrica, el gobierno con millone (y) todos los recursos (y) los canales”. Después de que la ciudadanía rechazara una nueva candidatura de Evo Morales en las urnas, el presidente y su gobierno “están buscando la trampa, la maniobra nicaragüense…”
Si en Venezuela se puede, ¿por qué no en Bolivia?
Para Quiroga, una nueva candidatura de Evo Morales en 2019 depende del destino del mandamás venezolano Nicolás Maduro “y su dictadura atroz, feroz, dura, pura, corrupta y criminal en Venezuela. Ahí está la respuesta, ahí viene la vinculación. Porque el régimen de Evo Morales es satélite servil de la dictadura de Venezuela. Y si Maduro, destruyendo la economía, con una catástrofe humanitaria, con una represión sanguinaria logra perpetuarse en el poder y seguir, te garantizo que Evo Morales va a intentar hacer lo mismo porque los crímenes, abusos y delitos que tiene que cometer para seguir Morales en Bolivia no son de la misma dimensión y gravedad que Maduro. Y si el hemisferio, la OEA, los países permiten que Maduro cancele elecciones, ponga su para-constituyente cubana golpista y haga todas esas fechoría, entonces es probable que Evo Morales busque seguir ese camino”.
“Si los sistemas autoritarios quedan impunes”, dice Quiroga, “pueden propagarse”.
Dictadura venezolana utiliza armas letales para reprimir a manifestantes opositores https://t.co/oPPrnGcm0L pic.twitter.com/bqM9ddBzGD
— PanAm Post Español (@PanAmPost_es) June 7, 2017
Quiroga agrega que la principal diferencia entre el régimen chavista de Maduro y el de Morales es que el Socialismo del Siglo XXI llegó siete años después a Bolivia que a Venezuela. En segundo lugar, Evo Morales no llegó al extremo de malgastar los ingresos de Bolivia vía recursos naturales regalándole dinero a países como Cuba o a partidos políticos como Podemos en España, tal como hicieron los chavistas venezolanos. Por último, explica, “en Bolivia, la distribución de los ingresos está muy descentralizada. Lo que proviene del gas se reparte al gobierno central, a universidades, a alcaldías por medio de una ley que el gobierno (de Morales) no pudo cambiar” gracias a la fuerza de la oposición en el congreso.
Pese a estas diferencias, “el sistema de despilfarro, derroche, perseguir a la oposición es parecido” aunque la represión no ha llegado a niveles venezolanos. En Ecuador ha habido abusos contra la prensa similares a los de Venezuela, pero la “diferencia central” con el régimen chavista es, para Quiroga, la dolarización. Agrega que el fracaso del ALBA a la hora de crear una moneda única refleja la charlatanería de sus líderes.
En Bolivia, los narcotraficantes están en el gobierno
Según Quiroga, la política de Evo Morales de permitir el cultivo de la coca en miles de hectáreas adicionales en Bolivia es del todo descarrilada. “¿Quién está en el gobierno de Bolivia?” pregunta antes de responder: “los cocaleros del Chapare. Evo Morales viene del sector sindical que produce la coca en el Chapare, que era ilegal. En Bolivia había coca, en Colombia no. Siempre hubo, en la zona de Yungas. Una ley que data de los 80 determinó que la coca es legal en Bolivia para el consumo tradicional, el acullicu, el mate, los usos culturales. Es reconocida por ley la coca de Yungas, que es la coca que se utiliza para los fines milenarios y tradicionales. La coca del Chapare de donde viene Evo Morales es la que se destina a fines ilícitos, al narcotráfico” en un 90 o 95% de los casos según el mismo Morales.
“Lo terrible de la ley que acaba de hacer Evo Morales”, argumenta Quiroga, “es que ha legalizado la producción de coca del Chapare, y ha legalizado por ende la legalización de cocaína… Eso ha causado una enorme alarma y preocupación en países vecinos como Brasil y Argentina que son los mercados a los cuales esta cocaína está yendo y generando criminalidad, destrozando la sociedad, haciendo daño a la juventud tanto afuera como adentro”.
Quiroga dice que, durante su presidencia, redujo la producción de coca en Bolivia en un 80%. Pero considera que siempre es necesario “reprimir, controlar, hacer la interdicción” de los cultivos y productos. Agrega que, en su opinión, cualquier programa de sustitución de cultivos de coca debe tener “fecha de corte”, porque de lo contrario crea dependencia de las dádivas de un gobierno central.
Entre las medidas que recomienda para combatir el narcotráfico, aún reconociendo que en el fondo es un problema cuyo origen es la demanda entre los consumidores, están acabar los billetes de alta denominación como el de 500 euros y el rastreo de armas automáticas vendidas en Estados Unidos.