Existe extendida creencia de que todos los años “entran” a Guatemala más de 1000 millones de dólares en inversión extranjera directa. Tal y como vamos a ver, a pesar de que la cifra es correcta, la inversión real que “entra” al país es muy inferior a la que suponen la mayor parte de analistas. Veamos en qué se equivocan.
La inversión extranjera directa es una de las mejores formas de romper las trampas de pobreza por falta de ahorro nacional.
Las cifras que usan todos los analistas y la confusión sobre las mismas
Las cifras de inversión extranjera directa que suelen manejar los analistas es la siguiente. En estas cifras existe una clara tendencia decreciente en la inversión recibida en los últimos años.
El año que más inversión extranjera directa recibe Guatemala es 2014, con casi 1400 millones de dólares, desde ahí cae hasta 2018 que podría acabar con poco más de 1000 millones.
En términos relativos (sobre PIB), el año que más inversión extranjera directa recibe Guatemala es 2012 con un 2,5 % del PIB (nada mal para estándares internacionales). Desde 2012 la cifra cae hasta el 1,4 % del PIB.
La verdadera entrada de inversión extranjera directa a Guatemala
Los datos de inversión extranjera directa en Guatemala son correctos, aunque dichos datos no tienen en cuenta que la mayor parte de la inversión extranjera directa en realidad no está “entrando” a Guatemala.
Lo que ocurre es que la inversión extranjera directa del pasado tiene rendimientos y parte de dichos rendimientos (que tienen la capacidad si así lo desean de abandonar el país) deciden ser reinvertidos en la economía nacional. Esta reinversión de utilidades está incluida en los datos de inversión extranjera directa.
De esta manera, podemos desagregar la inversión extranjera directa en aquella nueva inversión que entra a Guatemala y aquella que es fruto de la reinversión de utilidades que consigue la inversión extranjera directa que se afincó en Guatemala en el pasado.
Así, podemos ver como desde 2008 los únicos años que Guatemala ha conseguido superar la barrera de los 400 millones de dólares de entrada de inversión fue 2012, 2013 y 2014. El año 2018 fue un desastre casi sin precedentes, la nueva inversión en Guatemala no llegó ni a 200 millones de dólares. Solo el año 2009 (año de crisis económica) fue inferior a 2018.
¿Cuánto de la inversión extranjera directa del pasado se “queda” en Guatemala?
Existe un extendido malentendido en lo relativo al funcionamiento y dinámica de la inversión extranjera directa. Parecería que los extranjeros vienen, establecen su inversión en suelo nacional, y los beneficios rápidamente los repatrían y evitan “dejar” en Guatemala los beneficios de sus inversiones. Incluso si esto es así, la mayor parte de rentas derivadas (salarios, pagos a factores intermedios, compra de mercadería y materia prima) se quedan en Guatemala. Lo más interesante es que con los datos en la mano, la inversión extranjera directa además reinvierte la mayor parte de sus beneficios en Guatemala.
En 2008 el 58 % de las utilidades de la inversión extranjera directa afincada en Guatemala se reinvertían en el país. En 2018 esta cifra creció hasta casi el 96 %.
Por tanto, la mayor parte de las utilidades de la inversión extranjera directa son sostenidamente reinvertidas en Guatemala. Es decir, los extranjeros no vienen para invertir, “sangrar” al país e irse. Cuando vienen, es para quedarse. El problema es que atraemos mucha menos inversión de la necesaria para salir de la pobreza.
Conclusión
Los datos de inversión extranjera directa que manejan los analistas, a pesar de ser correctos, tienen el problema de ser malinterpretados. La inversión extranjera que entra a Guatemala es muy inferior de que la usualmente se piensa. El país apenas atrae nueva inversión extranjera.
La mayor parte de la inversión extranjera en Guatemala es reinversión de las utilidades de las empresas extranjeras que ya operan en territorio nacional. En 2018 casi el 96 % de las utilidades de las empresas extranjeras fue reinvertida en Guatemala.
Cuando los inversores extranjeros vienen a Guatemala tienen la intención de quedarse y reinvertir sus utilidades, el único problema es que Guatemala no aparece atractiva a suficiente número de inversores extranjeros como para salir de la pobreza.