EnglishLa confesión más esperada en el caso Petrobras, el gigantesco escándalo de corrupción que puso la política de Brasil patas arriba, apunta al corazón mismo del Gobierno del presidente interino Michel Temer.
Según medios brasileños, directivos de Odebrecht, una de las constructoras más grandes de Latinoamérica, ajustan los detalles de su negociación con la policía para una reducción de sentencia: ofrecen entregar información que salpica a Temer, a su jefe de Gabinete Eliseu Padila y a su ministro de Relaciones Exteriores José Serra.
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La corrupción de Petrobras operaba de la siguiente manera: a cambio de recibir millonarios contratos en la petrolera estatal, los empresarios realizaban donaciones tanto legales e ilegales a los diversos partidos que tenían influencia en el ente.
En ese sentido, Marcelo Odebrecht, dueño de la constructora y ya condenado a 19 años de prisión, confesó a los investigadores haber realizado donaciones ilegales en 2014 al partido de Temer, según informó la revista Veja el 5 de agosto.
Temer, entonces vicepresidente, habría pedido a Odebrecht un “apoyo” financiero para las campañas del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) durante una cena en mayo de 2014 en su residencia oficial, donde también se encontraba el entonces diputado del PMDB Eliseu Padilha.
De acuerdo con la confesión a la que accedió Veja, entre agosto y septiembre de 2014 Odebrecht transfirió BRL$10 millones (US$3,15 millones) al PMDB por fuera de los canales legales.
De la suma, BRL$4 millones (US$1,26 millones) habrían ido al propio Padilha y BRL$6 millones (US$1,89 millones) a Paulo Skaf, el presidente del poderoso gremio empresarial Fiesp y candidato a gobernador de São Paulo por el PMDB en 2014.
Tanto Temer como Padilha se defendieron de las acusaciones, aunque confirmaron la realización de la cena y la ayuda de Odebrecht a las campañas del partido. Sin embargo, el presidente interino aclaró a Veja que todas las donaciones fueron legales, declaradas al Tribunal Superior Electoral (TSE).
De hecho, el TSE registra que la empresa donó legalmente al PMDB en 2014 unos BRL$11,3 millones (US$3,56 millones) depositados en la cuenta oficial del partido.
No obstante, Marcelo Odebrecht alega, siempre según Veja, que los BRL$10 millones fueron donados ilegalmente “en efectivo” y que tiene forma de probarlo. La confesión del empresario aún debe ser validada por la justicia brasileña para servir de prueba en el juicio.
Campaña presidencial de 2010
Este domingo 7 de agosto el diario Folha de São Paulo informó sobre otra confesión realizada por altos ejecutivos de Odebrecht, aunque no menciona sus nombres.
Esta vez apunta a José Serra, dos veces candidato a presidente por el conservador Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) y actual canciller.
Según Folha, los funcionarios de Odebrecht alegan a la policía que entregaron ilegalmente BRL$34,5 millones (US$10,89 millones) en valores actuales a la campaña presidencial de Serra de 2010, que perdió frente a la de Dilma Rousseff-Michel Temer.
Aseguran que entregaron parte del dinero en Brasil y lo restante depositaron en cuentas bancarias del exterior que eran usadas por la campaña del actual canciller.
Si la justicia brasileña aprueba el acuerdo ofrecido por los funcionarios, estos prometen entregar extractos bancarios que certifican los depósitos.
Serra envió un comunicado al diario en el cual aseguró que su campaña cumplió con todos los requisitos de la ley electoral y que las finanzas de la contienda quedaban a cargo de su partido, el PSDB.
Popularidad mínima
Temer, quien en mayo de este año asumió interinamente la presidencia mientras transcurre el juicio político a Dilma Rousseff, lucha por mantener la estabilidad de un gabinete que ya ha sufrido tres renuncias de ministros que fueron vinculados al caso Petrobras.
A pesar de lograr frenar la caída en picada de la economía, Temer enfrenta una crisis de popularidad tanto por parte de los simpatizantes de Rousseff, quienes denuncian que está en curso un “golpe de Estado”, como por el resto de la población que no ve con buenos ojos el PMDB, partido clave de la coalición gobernante durante 13 años.
En una polémica encuesta realizada en julio en Brasil, la mayoría afirmó que desea nuevas elecciones en lugar de que Temer continúe como presidente o que Rousseff regrese a concluir su mandato hasta 2019.
Sin embargo, cuando la pregunta no incluía nuevas elecciones, las cuales son improbables debido a obstáculos legales y políticos, la mayoría prefiere que Temer siga como mandatario.
La popularidad de Temer se sitúa en 14%, apenas por encima del 13% registrado por Rousseff antes de ser suspendida del cargo por el Senado en mayo.