EnglishDesde el inicio de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, en diciembre de 2014, el foco de atención de medios y especialistas ha estado exclusivamente sobre los Gobiernos de Barack Obama y Raúl Castro, sus discursos, sus fotos, sus diplomáticos, embajadas y leyes.
Los grandes ausentes e ignorados han sido a quienes esos Estados supuestamente representan: el pueblo cubano y el pueblo estadounidense. Mucha tinta ha corrido sobre si EE.UU. debe mantener o levantar el cincuentenario embargo, pasando por alto el derecho básico que tienen tanto cubanos como estadounidenses de comerciar entre sí y viajar libremente.
De igual estrechez han sido las opciones barajadas para devolver a los cubanos sus libertades. Barack Obama, la ONU y hasta el papa Francisco aparecen como los salvadores de Cuba. Los cubanos son actores de segundo plano en esta novela geopolítica de foros y cumbres, donde derechos y prisioneros políticos son fichas de cambio.
Cambio fraude
Rosa María Payá quiere cambiar todo esto. La joven opositora cubana denuncia el reformismo de Raúl Castro como un fraude que solo servirá para consolidar la dinastía familiar.
“No hay apertura económica en Cuba”, aseguró a PanAm Post el 27 de octubre, en su conferencia en Asunción, Paraguay. “Los cubanos tienen ahora un poco más de acceso a poder realizar ciertas ocupaciones, microproyectos empresariales, pero no como derechos, sino como privilegios. El Gobierno siempre puede quitarles las licencias cuando empiezan a expresarse de manera alternativa al régimen. Entonces no se están formando empresarios libres ni ciudadanos libres, sino otros rehenes con permiso para poder subsistir”, dijo la activista.
Ella propone una salida que pone en el centro los derechos de los cubanos: Cuba Decide. “Hay una herramienta para que comience la verdadera transición en Cuba”, dijo. Se trata de una iniciativa ciudadana que lidera Payá para exigir al Gobierno de los Castro llevar a cabo un referéndum sobre la celebración de elecciones libres en la isla.
“Hace 67 años que en mi país no se realizan elecciones libres y plurales”, contó Payá a unas 70 personas en la Universidad Católica de Asunción. “A partir del nivel provincial y nacional hay un solo candidato para cada puesto. Una vez que un candidato es nominado como tal, ya es de hecho un delegado a la Asamblea Provincial o Nacional, que son supuestamente los entes legislativos de la nación”, explicó.
Por el derecho a decidir
Cuba Decide es el intento de continuar el Proyecto Varela, una iniciativa de reformas políticas impulsada en 2002 y 2003 por el padre de Rosa María, el líder opositor del Movimiento Cristiano de Liberación Oswaldo Payá.
“Proyecto Varela fue una iniciativa legal de unos cubanos que, con base en un artículo de la Constitución, recogieron decenas de miles de firmas, muchas más de las necesarias, para pedir a la Asamblea Nacional que lo discutiera y llevara a cabo un referéndum”, comentó Payá durante su charla.
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“La respuesta del Gobierno cubano fue la represión: la cárcel para 75 líderes del Proyecto Varela y la muerte para Oswaldo Payá”, explicó la disidente, quien asegura que el régimen asesinó a su padre.
Acerca de qué garantías podría dar Raúl Castro para llevar a cabo el referéndum, Payá respondió que lo que la organización Cuba Decide propone “no será a través del sistema electoral cubano, sino a través de protocolos muy claros de las Naciones Unidas, y con las condiciones necesarias para que haya un proceso limpio: un sistema paralelo de conteo de votos, presencia internacional y acceso a los medios.”
Rosa María viaja pidiendo apoyo para el referéndum, el cual suele comparar con el que Chile tuvo en 1988 y determinó la salida del dictador Augusto Pinochet. La comunidad internacional debe a los cubanos, al menos, la misma consideración que tuvo con los chilenos.
Ni Fidel ni Raúl Castro fueron electos por los cubanos, por lo que las negociaciones entre Washington y la Habana son más bien de Gobierno a secuestrador. En lugar de reconocer una dictadura, las naciones del mundo deberían ver en Cuba Decide una oportunidad de realmente empoderar a los cubanos.
El embargo puede acabar o no, pero como dice Rosa María, “lo que no es factible es ponerle una condición a la libertad de los cubanos. Ni el embargo ni nada puede estar por encima del derecho de los cubanos, y eso es lo que se debería estar debatiendo”, dijo la joven.