Existe una presunción de que el Mundial es un evento privado y como tal, se encuentra fuera de nuestra crítica política: Es su dinero y ellos deciden gastarlo como quieran. Sin embargo, la realidad es que la FIFA, nominalmente una organización privada, tiene tantos vínculos estatales y recibe tantos fondos públicos, concesiones y privilegios legales, que no es tan sólo apropiada sino imperiosa una mirada crítica al negocio deportivo que se convirtió en un brazo propagandístico más de los gobiernos nacionales. Coincidentemente, el país que más Copas ha ganado celebra elecciones generales en el año del Mundial; hacerlo en casa es el arma electoral perfecta.
La semana pasada se volvió viral un vídeo donde un comentarista de la cadena estadounidense HBO destroza a la FIFA. Las compras de árbitros o partidos no son nada nuevo, pero este mundial en Brasil, bajo el mayor escrutinio de los medios, dejó al descubierto el manejo grotesco y ridículo de la directiva de la mayor organización de fútbol.
Veni, vidi, vici
Desde hace 7 años, cuando Brasil fue electo sede del Mundial, la FIFA estuvo presionando al gobierno del Partido de los Trabajadores para encaminar grandes obras de infraestructura, a costa de los contribuyentes. También presionó al Congreso para que cambie una ley y pueda vender cerveza en los estadios. Durante las obras, unas 150.000 personas fueron desalojadas de sus casas. Y al terminar el Mundial, como informamos en PanAm Post, la FIFA se llevará US$4 mil millones por ingresos de publicidad, y destinará US$35 millones para la selección ganadora: Menos del 1% del total de ingresos de la FIFA entre mundial y mundial.
No es sorpresa que los brasileños no estén para nada contentos con el Mundial.
Además de lo hilarante de la diatriba del anfitrión del show Last Week Tonight, lo interesante es que brinda una perspectiva desde una cultura que no está tan fanatizada por el fútbol; John Oliver puede dar un paso atrás y cuestionar ciertas prácticas que en América Latina se dan por sentado. Es una sacudida: ¿Cómo es posible que la FIFA y las confederaciones regionales se hayan manejado de esta manera por tanto tiempo?