EnglishLos miércoles es un día tranquilo, me advierten en la entrada del palacio legislativo en San José, Costa Rica, mientras me revisan mi bolso con mi computadora y grabador. La lluvia, itinerante, me palmeaba la espalda, dándome la bienvenida. Segundos después, ya estoy adentro entre oficinas de diputados, asesores, patios de estilo colonial y palmeras.
Mientras pienso que la humedad de Buenos Aires y esta se parecen bastante, me presentan a Natalia Díaz y a Otto Guevara, los dos diputados del Movimiento Libertario que tienen escaños en la Asamblea Legislativa y me atrevería a decir, los únicos dos diputados libertarios en toda América Latina.
Pero, ¿cómo hicieron dos libertarios para desembarcar en una asamblea unicameral de 57 miembros? Y por sobre todo ¿por qué hay libertarios en la legislatura de Costa Rica y no hay en el resto de la región? ¿Tienen los ticos algún sentimiento innato por la libertad?
Guevara suspira, como recordando el pasado del Movimiento Libertario en su país y dice: “no fue sencillo”. Me dio a entender que cuando el fundó el partido, allá por 1994, junto con otras dos personas, el electorado tenía una base socialdemócrata, es decir, no eran todos completamente socialistas.
“Buscamos defender las ideas de la libertad sin complejos, de frente”, sostuvo con firmeza.
Guevara me mira con ojos de cómplice, sabe que yo también defiendo los valores de la libertad. Se relaja desde el comienzo hasta cuando inquiero sobre la cuestión del matrimonio igualitario.
“Qué pasa que aún no han presentado una propuesta a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo?”, pregunté.
Pero fue claro, no es una bandera que vayan a levantar ni en el corto ni el mediano plazo a pesar de él está como diputado desde 1998.
“Si yo tengo que traer ese tema aquí al Congreso, se me va a parar el Congreso un año discutiendo ese tema y en las calles todos agarrados cuando aún tenemos problemas estructurales, que tienen que ver con el déficit fiscal, con la activación económica, con generación de empleo, cerrar instituciones públicas, abrir los monopolios que quedan”, destacó.
En este sentido, culpó al corto plazo que tiene cada persona como diputado y sentenció que el no se “desgasta en esa dirección” teniendo en cuenta que aun quedan tantas reformas por hacer antes de poner a discusión el matrimonio igualitario.
Explica Guevara, en un tumultuoso terreno de diputados que entraban y salían del plenario, que el movimiento libertario creció gracias al poder de la prensa. A Guevara no le pasa lo que le sucede a muchos liberales de la región: la falta de atención mediática.
“Nosotros como Movimiento Libertario creemos en una menor intervención del Estado, que sea el individuo el que pueda decidir qué le conviene a él como persona”
“Yo decía algo distinto al resto”, manifestó el diputado libertario sobre su creciente notoriedad pública.
El joven tico, precisó, se identifica mucho más con las ideas de la libertad: “Son personas más individualistas, marcan su cuerpo con tatuajes, entonces valoran sus decisiones, qué es lo que hace feliz a cada quien. Buscan que se defienda el derecho de escoger, y eso lo llevan a todas las políticas publicas”.
Parados fuera del plenario, Natalia Díaz me dice sin titubeos que ella era “bien roja”. Atónita le pregunto, ¿pero roja en el sentido comunista o socialista chavista? Sonríe por que tiene razón: el rojo en Costa Rica es libertario.
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“Les robamos el rojo a los comunistas”, me dicen por detrás de mi oído, una de las asesoras de Guevara.
Díaz es joven, guapa y elegante. Se la ve radiante y feliz de ocupar un asiento en el parlamento. Es la personificación de las ideas libertarias y de que ellas sí pueden llegar a influenciar en la política.
“Nosotros como Movimiento Libertario creemos en una menor intervención del Estado, que sea el individuo el que pueda decidir qué le conviene a él como persona. Que no se le imponga a la persona lo que tiene que hacer. Creemos en un Estado que tenga menos impuestos. Ojalá que haya menos impuestos para fomentar la entrada de más empresas e inversiones al país”, resumió.
Asegura que lo que intentan hacer es “aterrizar” la teoría libertaria en las cuestiones terrenales.
“Ahora estamos justamente con el tema del déficit fiscal que en Costa Rica se ha venido incrementando. Para el próximo año se proyecta que será del 6,9 por ciento del PIB; es un déficit bastante alto”.
¿Y cuál es la receta, entonces, para reducir el déficit y que no se te incendie un país en protestas?, le pregunto.
“Creemos que se debe recortar la mayor cantidad de gastos. Hay un tema de excesivos salarios en el sector público, salarios desproporcionados. Muchos temas de incentivos salariales, los trabajadores del sector público ganan tres veces más que los trabajadores del sector privado. Eso es insostenible en el largo plazo”, me explicó entusiasmada.
La Asamblea Legislativa es un edificio poco ostentoso, en comparación a otros de Sudamérica. Pero tiene una particularidad: En las oficinas de los funcionarios libertarios y sus asesores hay colgados en los pasillos retratos de Ayn Rand, Milton Friedman y hasta una foto de la Estatua de la Libertad.
¿Qué otro país puede darse ese lujo?