EnglishOrganizaciones de defensa de los derechos humanos en Estados Unidos se han unido al pedido del Gobierno mexicano y a la comunidad latina para denunciar un presunto exceso de uso de la fuerza de agentes estadounidenses en relación con los tres migrantes mexicanos muertos recientemente.
La muerte de Ernesto Javier Canepa Díaz, mexicano de 28 años que falleció el pasado 27 de febrero por disparos de la policía de Santa Ana, California, sacudió a la opinión pública y marcó la agenda sobre el uso de la fuerza policial sobre las minorías en ese país.
La policía buscaba al responsable del robo de un vehículo y habría disparado a Canepa, que coincidía con la descripción del presunto responsable del hecho.
Este caso se suma a los de Rubén García (ultimado por la policía en Texas) y Antonio Zambrano, indigente de Pasco, Washington, que fue baleado por la policía local, todos ocurridos en el último mes.
Para la Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE), que condenó las muertes a través de un comunicado, estos tres incidentes “no fueron aislados”. Además instó a la Justicia de Estados Unidos, a través del Departamento de Derechos Civiles, a que siga de cerca la investigación de los casos.
La #SRE y el @senadomexicano analizan acciones de asistencia consular http://t.co/3GprvOWNnk #ComunicadoSRE pic.twitter.com/FyN0w9gqZP
— Relaciones Exteriores (@SRE_mx) March 3, 2015
“A la consternación de sumar el tercer caso de un mexicano fallecido por el uso excesivo de la fuerza en menos de un mes, se añade la profunda preocupación por el efecto de fractura de confianza entre la comunidad hispana y las fuerzas policiacas”, expresó el Gobierno mexicano.
El gobierno de Enrique Peña Nieto aclaró también que harán uso de todos los recursos disponibles para “velar por el interés de las familias de las victimas”.
Igualmente, Alejandra García Williams, cónsul de México en Sacramento, California, se expresó sobre las cirunstancias que rondan la muerte de Canepa Díaz: “Insistimos en una investigación clara, transparente, rápida y que nos diga exactamente qué fue lo que detonó la acción de sus oficiales”.
Jorge Mario Cabrera, director de comunicaciones de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Angeles (Chirla) aseguró que “cada vez que sucede un hecho como este, se cuestiona la manera en que el departamento de Policía implementa sus protocolos”.
“Cuando ocurren estos incidentes, tenemos que cuestionarnos si es el personal que no está capacitado, si es el liderazgo de esa área que necesita un cambio de capacitación o si la cultura de la organización en sí está todavía enferma”, precisó el activista a Efe.
Por su parte, Luis Vazquez Ajmac, un activista comunitario de Los Ángeles, indicó que hoy es una realidad el crecimiento de la comunidad hispana en Estados Unidos y que muchos son discriminados por las autoridades. “Hoy en día hay más latinos y más asiáticos y ya somos parte de la realidad y la infraestructura”, dijo a Efe.
Sin embargo, el jefe de la policía de Santa Ana, Carlos Rojas, se defendió de las acusaciones de discriminación y explico que no toleran “ningún tipo de discriminación o sesgo racial por parte de nadie de nuestro personal”.
Además dijo que en el caso de confirmarse que esto existió, “se tomarían acciones disciplinarias pertinentes”.
Los otros dos caídos
Ruben Garcia Villalpando es otro de los tres mexicanos fallecidos a manos de un policía de Grapevine, Texas, el pasado 20 de febrero.
“El gobierno de México condena sucesos recientes como el que costó la vida al señor Zambrano Montes y ahora al señor García Villalpando, que son muestra reiterada de un uso de la fuerza letal de modo desproporcionado que conduce a la pérdida innecesaria de vidas”, había manifestado el Gobierno mexicano.
El 10 de febrero, Antonio Zambrano Montes, un indigente de 35 años que se encontraba tirando piedras a los vehículos en Pasco, en el estado de Washington, falleció de los disparos de los agentes policiales. Los agentes dispararon 17 veces contra el inmigrante.
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Si bien la investigación por todos los casos sigue en su curso, ya han sido separados de su cargo cuatro agentes de policía, informó Televisa el 6 de marzo.
Según datos de Univision TV, desde 2006 a febrero de 2015 murieron 74 mexicanos a manos de la policía fronteriza y agentes locales en Estados Unidos.
Diana López, hija de inmigrantes mexicanos que llegaron desde Michoacán a Estados Unidos a fines de los 70, le expresó a PanAm Post que “si bien es desalentador, el hecho de que estos casos están recibiendo atención de los medios significa que nosotros como país estamos empezando a preocuparnos por ellos”.
Finalmente, exhortó al Departamento de Justicia a que revise políticas de los departamentos de policía en todo el país. “Me pregunto lo que encontrarían, en términos de cómo los oficiales tratan a los inmigrantes”.