English¿Estuvo internado por un infarto el vicepresidente de Argentina, Amado Boudou? ¿Tenía 300 rifles de guerra en un campo en el interior del país uno de los sospechosos de encubrir a Irán? ¿Cristina Kirchner estaba al tanto de todo? Estas son algunos de las interrogantes que surgen de las 40.000 escuchas difundidas el pasado domingo 1 de marzo por el portal de noticias Infobae, encargadas por el fiscal Alberto Nisman, cuando realizaba la investigación para esclarecer el atentado terrorista en Buenos Aires contra la mutual judía AMIA, en 1994.
El sitio de noticias publicó —sin clasificar— la totalidad de los audios de las escuchas ordenadas por el fallecido fiscal durante su investigación. Los archivos los hizo llegar a la redacción un excolaborador de Nisman, a quien el fiscal le confió su tenencia.
Algunos de los 40 mil audios fueron utilizados por el fiscal para abordar la denuncia por encubrimiento a la presidenta argentina Cristina Kirchner, al canciller Héctor Timerman y a otros funcionarios.
El diario digital indicó que solo una parte de la totalidad fueron incluidas en la acusación formal. “Estas escuchas fueron autorizadas por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral —titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 6— y realizadas por la Secretaría de Inteligencia (SI)”, citan desde el medio argentino. Canicoba Corral es quien está a cargo de la investigación principal del atentado contra la AMIA.
PanAm Post analizó algunos de los audios más polémicos, entre los que se encuentran una charla en la que el espía del servicio de inteligencia argentino Ramón Allan Héctor Bogado, también conocido como “El Francés”, comenta en una conversación telefónica con el dirigente iraní Jorge Yusuf Khalil que el vicepresidente argentino Amado Boudou había sufrido un infarto.
La conversación tiene fecha del 12 de enero de 2013. No salió ningún comunicado oficial acerca de este hecho ni ninguna mención en los medios de comunicación.
Bogado: —Te paso un chisme: lo tenemos a Boudou internado.
Khalil: —No me digas, ¿qué pasó?
Bogado: —Internado y con un infarto. La presidente está afuera, estamos acéfalos.
Khalil: —Teneme al tanto porque si llega a subir la Rojkés [por Beatriz Rojkés de Alperovich, presidenta provisional del Senado en ese momento y siguiente en la línea de sucesión presidencial] estamos en el horno [complicados]”.
Bogado: —Nos mantenemos en reservado para ver [que pasa]”.
El asunto adquiere relevancia si se tiene en cuenta que la presidente se encontraba de gira en La Habana, Cuba, para visitar a Hugo Chávez, quien estaba siendo tratado por un cáncer de colon. Ante el viaje de Kirchner, el vicepresidente actuaba como presidente en funciones, algo que su estado de salud le hubiese impedido.
La noticia preocupó a Khalil ya que Rojkés de Alperovich había emprendido una campaña contra el dirigente kirchnerista —y aliado de Khalil— Luis D’Elía, por su apoyo a uno de los presuntos planificadores iraníes del atentado.
A Khalil, presunto interlocutor de Irán en Argentina y cuyas comunicaciones eran monitoreadas por la Secretaría de Inteligencia a pedido de Nisman, se le escucha, en otro audio, conversar el 13 de abril de 2013 con Bogado. En la conversación se habla del robo de 300 rifles de asalto FAL, (fusiles utilizados por las fuerzas armadas argentinas), entre otras pertenencias, en un campo en la provincia argentina de La Pampa. De las conversaciones puede presumirse que una de esas armas sería de Bogado.
Khalil: —Me robaron todo, aparentemente. (…) El vecino fue a hacer una denuncia de que le entraron a robar, le robaron todas las armas. Y a mi también. Y tengo todo lo tuyo también ahí.
Bogado: —¡No! A mi me partís al medio, boludo. Tengo muchas cosas que hacer. De última me voy mañana para allá [al campo]. No te lo puedo creer”.
Y continúa:
“Bogado: —No te puedo creer. Y que más te afanaron?
Khalil: —Todo, todo, el 300, todos los FAL que había. Eh, los televisores… Todo todo. Se chorearon [robaron] todo aparentemente. No me puedo comunicar con nadie”.
En un tercer audio se puede escuchar a Khalil con el líder islámico argentino Abdul Karim Paz. Allí, Khalil le comenta a Paz sobre el avance de las negociaciones bilaterales y se menciona al ministro de Planificación Federal argentino, Julio De Vido, como uno de los interesados en que las negociaciones avancen.
Khalil: —En principio todo lo que necesita Argentina es petróleo y todo lo que esta comprando Irán en granos se lo pueden dar ese petróleo a cambio de granos. Ya hay algo serio hablado. Se habló con De Vido [ministro de Planificación Federal]. ¿Listo?
Karim Paz: —¿Me podés repetir?
Khalil: —Que todo esto se habló con De Vido. Argentina tiene una gran necesidad de petróleo e Irán tiene una gran necesidad de granos. Por eso el intercambio. Por el otro lado, De Vido entiende que para poder dar un paso a esto se debe dar firma al memorándum [con Irán], porque sino siguen [solo] operando los privados”.
Desde el gobierno negaron las acusaciones que para Nisman conformaban un punto neurálgico de la denuncia: que el gobierno argentino buscaba garantizar la impunidad para los acusados iraníes a cambio del florecimiento del intercambio comercial, especialmente “petróleo por granos”.
“Cualquiera que sabe algo acerca del negocio del petróleo sabe que Argentina no puede usar petróleo iraní porque es un petróleo muy pesado y no podemos procesar un petróleo tan pesado”, se defendió en una entrevista radial Héctor Timerman, ministro de Relaciones Exteriores y uno de los acusados de encubrimiento por Nisman.
También, en otras escuchas, se asocia al iraní Khalil con una mujer de la casa de Gobierno en el cual iban a encontrarse en el Banco Nación. Sin embargo, en este caso, se desconoce el motivo del encuentro.
La causa Nisman, en espera
El juez argentino Daniel Rafecas desestimó el pasado 26 de febrero la denuncia que presentó el fiscal Nisman cinco días antes de ser hallado muerto en el departamento de su casa.
El pasado miércoles 4 de febrero, el fiscal federal Gerardo Pollicita, quien impulsa la investigación sobre las acusaciones de Nisman, apeló la decisión de Rafecas y será ahora la Sala I de la Cámara Federal quien confirme o revierta la resolución.
Editado por Elisa Vásquez