EnglishLos Estados podrían volverse casi obsoletos. Al menos así lo plantea la peculiar plataforma de Bitnation que ofrece los servicios tradicionales de los Gobiernos pero de manera descentralizada, voluntaria y sin fronteras, ni pasaportes.
Este emprendimiento revolucionario concentra dentro de plataformas blockchain o “cadena de bloques” —la base de datos descentralizada y segura detrás de Bitcoin— todo tipo de información: desde contratos de seguros (de desempleo, médicos, pensiones), hasta servicios de resolución de conflictos (divorcios, certificados de nacimiento, contratos de negocios, etcétera).
Susanne T. Tempelhof es la joven fundadora y directora ejecutiva de Bitnation, el ambicioso proyecto que nació hace un par de meses y que planea recaudar en los próximos 85 días US$2 millones para poder darse inicio. “Si juntamos US$1 millón o US$500.000 también estaremos en condiciones de seguir pero será todo un poco más estresante”, me confiesa.
El camino hacia la realización de Bitnation no estuvo ajena a disputas, rumores y especulaciones entre la directora ejecutiva y otros miembros del equipo. Hace unos días, Cointelegraph publicó una entrevista en donde aseguraba que tres miembros principales del proyecto habían abandonado la empresa: Nathan Wosnack, Matt Mckibbin y David Mondrus.
La escritora y empresaria internacional responde inmediatamente: “Ninguno de ellos eran del núcleo del proyecto. Su mayor reclamo es que la empresa no está incorporada en una jurisdicción respaldada por el Gobierno —por supuesto, no lo está, ya que esa es precisamente una de las cosas que estamos ofreciendo como servicio”.
Clara con sus palabras, Susanne precisa que el servicio principal que ofrecen justamente busca proporcionar la misma seguridad en las transacciones que usualmente provee y garantiza el Gobierno, “por lo que sería muy hipócrita de nuestra parte incorporarnos dentro de la jurisdicción respaldada por un Estado. No estoy segura de por qué —para empezar— personas que tienen mentalidad regulatoria se unen a un emprendimiento de gobernanza 2.0”.
Decidí ahondar más para entender cómo funcionarían sus servicios que parecerían ser —a simple vista— una sucursal del futuro.
¿Cómo planea hacer cumplir las disposiciones de los contratos inteligentes (incorporados en blockchain) sin tener que recurrir a los tribunales estatales?
Algunos contratos pueden incorporarse automáticamente a través de la vinculación de los contratos a diferentes cuentas (billeteras de bitcoins) para que los fondos se retiren o se depositen dependiendo del contrato de forma automática. No obstante, esta tecnología está todavía en su fase inicial, por lo que tomará unos meses, quizás un año, para que funcione correctamente.
(…) el aparato estatal no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir si no reconoce el cambio tecnológico y social.
En términos generales, no hay cumplimiento, como en el caso de las fuerzas de seguridad que patean la puerta y lo ponen a uno en una jaula en el caso de que uno no cumpla. Sin embargo, existe el sistema de identificación (ID), que se basa en la verificación y en la reputación (tanto social como la llamada reputación ‘no social’) que sirve como elemento disuasorio.
Por ejemplo, se necesita el sistema de reputación para todos los negocios, y si metes la pata, evitará que pueda uno hacer un montón de cosas, como la incorporación de un documento en la blockchain —matrimonio, títulos de propiedad, etc. Si bien este sistema está lejos de ser perfecto, es un buen comienzo en cuanto a las acciones preventivas.
¿Cómo se le ocurrió la idea Bitnation, y por qué cree que es el momento adecuado para aventurarse en un proyecto tan ambicioso?
He estado pensando y escribiendo sobre esta idea desde diferentes ángulos durante casi una década. Mi padre fue apátrida durante varios años, y eso me incentivó a analizar al oligopolio del Estado-nación y lo injusto de cuán arbitrarias eran estas fronteras.
Durante mucho tiempo pensé que trabajar en el sistema —cambiando las cosas desde dentro— era el mejor camino a seguir. Pero cuando conocí a Bitcoin asumí que mi evaluación inicial estaba mal planteada. En realidad, es mucho más eficiente hacer las cosas fuera del sistema.
Y fue entonces cuando dejé mi carrera como contratista del Gobierno, me uní de lleno al movimiento Bitcoin, y empecé a darme cuenta de que la idea de Bitnation, con la ayuda de la blockchain como un libro de contabilidad público, probablemente no era tan descabellada o difícil como yo había previamente asumido.
¿Son las llamadas organizaciones autónomas descentralizadas factibles en un mundo cada vez más dominado por el aparato estatal?
Sí, efectivamente, porque el mundo se está volviendo cada vez menos geográfico, no sólo por las criptodivisas, sino a través de los paradigmas fundamentales de la globalización, como una mayor facilidad de transporte, una creciente clase media en los países en desarrollo, la descentralización de la comunicación gracias a internet, etcétera. Cuando comenzó el e-mail, nadie lo vio como mucho más que un sistema de fax avanzado. Pero a medida que evolucionó, cambió todo el paradigma.
En esencia, el aparato estatal no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir si no reconoce el cambio tecnológico y social.
Básicamente se trata de un contrato inteligente, en el cual la gente puede optar por compartir sus diversos contratos en un libro de contabilidad criptográficamente seguro y abierto.
Usted ha recibido elogios del fundador del Partido Pirata sueco. ¿Qué otras personas u organizaciones se han sumado y han dado apoyo a su iniciativa?
Para ser honesta, no hemos buscado mucho apoyo, ya que somos una startup muy joven —tenemos menos de tres meses— y hemos estado muy enfocados en tener la parte tecnológica completa. A través de nuestra Red de Embajadores nos hemos asociado con algunas organizaciones internacionales, como la Fundación Sueño Bitcoin, con sede en Ghana, y así sucesivamente.
En el futuro tenemos la intención de asociarnos a muchos más promotores de nuevos emprendimientos y promotores de Bitcoin.
¿Cómo van a impedir los participantes de Bitnation que los funcionarios estatales le frenen o bloqueen la iniciativa?
Es curioso que preguntes eso porque ya van varias personas del Gobierno me piden venderles el sistema. Lo que yo siempre respondo es “no se lo voy a vender a usted, pero es de código abierto, por lo que si quieres intentarlo [hacer una copia], por favor, adelante. Pero no trate de aplicar esto, porque es una solución voluntaria, descentralizada, y sin fronteras, frente a un paradigma centralizado, no voluntario y basado en la nación. ¡Le deseo la mejor de las suertes!”
Existen otras iniciativas de descentralización, como el Partido de la Red en Argentina, con el software DemocracyOS. ¿Está usted al tanto de ellos, y los ha utilizado como inspiración?
No, la verdad es que no era consciente de ellos hasta esta entrevista, por lo que no se han utilizado como fuente de inspiración.
En general, creo que la democracia es un proceso de arriba hacia abajo (como la ley de la calle), y no es nada que quiera implementar con Bitnation. No proporcionamos un código legal (el código legal es totalmente opcional), no proporcionamos un marco moral, ni un marco económico, y no proporcionamos una plataforma de toma de decisiones. La única cosa que sí ofrecemos es una plataforma de colaboración para herramientas de gobernanza hágalo-usted-mismo.
¿En qué consiste el servicio de bitmarriage, teniendo en cuenta la histórica boda celebrada el pasado 5 de octubre en la blockchain de Bitcoin?
Básicamente se trata de un contrato inteligente, en el cual la gente puede optar por compartir sus diversos contratos (testamentos, contratos de cuidado de niños, corporativos, escrituras de constitución de la tierra, y más) en un libro de contabilidad criptográficamente seguro y abierto.
Es una manera de consolidar la participación del público, al tiempo que protege los activos privados a través de la tecnología blockchain.