EnglishEn momentos de plena depreciación del peso argentino, del default, las altas tasas de inflación, y la imposibilidad de cambiar el peso a dólar de forma legal para gran parte de la sociedad, un restaurante de Buenos Aires, Argentina, instaló hace menos de dos meses un cajero automático unidireccional de bitcoins .
Antidomingo es un bar y restaurante que abre sólo de noche de martes a domingo, donde se puede escuchar música en vivo, comer algo, y es, aparte de todo esto, el único lugar en toda Argentina que posee una máquina expendedora de bitcoins a cambio de pesos.
“Es un cajero de bitcoin unidireccional, la maquina te vende bitcoins por pesos. Haber puesto un cajero automático tradicional hubiese sido mucho más caro, más grande, y más pesado. Esta maquina es súper pequeña y compacta. La trajimos de la conferencia de Bitcoin de Ámsterdam”, señala Daniel Alós, dueño del restaurante y centro cultural Antidomingo en conversación con PanAm Post.
El negocio está ubicado en Pinto 4860, en un barrio residencial de Buenos Aires, y se ha convertido desde hace varios meses en uno de los centros de reuniones de la comunidad Bitcoin porteña.
Alós explicó que tenían tiempo intentando facilitar la experiencia de compras de la criptodivisa en este país. “De esta manera, se le da la posibilidad al comensal de comprar bitcoins al llegar y luego pagar la cena con este medio de pago”. Además, asegura el emprendedor, “le otorgamos un descuento a los que paguen en bitcoins”.
Según el impulsor de esta iniciativa, el interés de traer el expendedor a Argentina fue mero interés instructivo, puesto que el sistema no deja ningún tipo de ganancia. Para hacer realidad el proyecto trabajó de la mano de Sebastián Serrano, miembro de BitPagos.
“Nuestro objetivo es hacer que la gente entienda el sistema y se vaya involucrando de a poquito”, explica el bitcoiner.
La maquina es de código abierto, lo que significa que cada usuario en el mundo puede proponer cambios, y con la labor de Serrano, lograron una interfaz sencilla e interactiva. Uno de esos cambios realizados fue hacer que la maquina aceptara los pesos argentinos.
“Aún no muchos clientes se animan a usarla —confiesa Alós— sólo se acercan a preguntar aquellos que alguna vez oyeron el término, lo otros pasan de largo sin si quiera darse cuenta de lo que es. Para esos, el cajero podría ser una máquina expendedora de profilácticos [como las que el Gobierno obliga a colocar en los restaurantes de Argentina]”.
En cuanto a las otras alternativas que existen para comprar bitcoins, Alós asegura que no las ve como competencia, sino como formas complementarias de adquirir la moneda electrónica.
“Cuantas más alternativas haya, mucho mejor, pues eso hace crecer la adhesión, que es lo más importante”, confiesa.
El interés por expandir la red de cajeros está en alza: “Ya se acercó un estudiante de la Universidad de San Andrés con la intención de colocar uno allí, y otro, un ingeniero electrónico para averiguar la posibilidad de fabricar uno”.
Otras opciones positivas
Franco Amati, cofundador de Espacio Bitcoin Buenos Aires, coincide con Alós en que el cajero automático es complementario a los otros sistemas de compra de esta moneda digital y profundiza en las otras opciones posibles para el país.
“Existen otras formas igual de viables para la adquisición y venta de la criptomoneda: servicios que ofrecen entrega a domicilio como SatoshiTango, venta a través de sistemas de pago tipo Pago Fácil o Telerecargas (donde usualmente se recargan líneas de celular) como Ripio, alternativas como Digicoins o Bitcoin Brothers, y servicios de exchange como Unisend, Bitex.la y CoinMelon, próximo a inaugurar”, comenta.
Bitcoin, ¿regulado?
El abogado argentino especialista en criptomonedas, Daniel Rybnik, le indicó a PanAm Post que “todo lo que no está prohibido en la ley está permitido”, por lo tanto, según establece la Constitución Nacional argentina, existe libertad de contratar y ejercer cualquier industria siempre y cuando no viole las normas legales.
En términos de regulación local, el letrado aseguró que el primero que se pronunció en relación al Bitcoin fue el Banco Central, pero sólo para advertir al usuario de los riesgos de la criptomoneda (que no tiene respaldo, que es volátil y funciona a propio riesgo del individuo). Por ahora no la declaró como moneda ni emitió una normativa al respecto.
“Lo hará en el caso que, en el marco de sus potestades, lo considere riesgoso para el sistema financiero”, explica.
Luego, en julio de este año fue la Unidad de Información Financiera la cual emitió un eje de control a través de la resolución 300. Ésta está en línea con lo expresado por el Banco Central, y obliga a algunos de los sujetos (casa de cambios, escribanos, etc.) a reportar mensualmente todas las actividades que realicen con Bitcoin.
Esta resolución no aplica a los comercios que acepten la criptomoneda. En sus casos funcionará casi igual al efectivo. “A diferencia del pago en efectivo, en las operaciones con bitcoins hay una trazabilidad”.
El único obstáculo que este procedimiento deja a la vista está relacionado al límite de AR$1.000 (US$71 al cambio no oficial) para retirar en cajeros automáticos de Argentina. “Las operaciones de más de AR$1.000 tienen que pasar por la taquilla de los bancos. Dado que un bitcoin vale AR$7.000, para comprar un bitcoin en el cajero, debes hacer siete retiros en un cajero convencional”, aclara Rybnik.
Asegura que a través del Bitcoin es posible saltearse el cepo cambiario argentino que imposibilita la compra legal de dólares para la sociedad no bancarizada, o que no cumple todos los requisitos gubernamentales para ello.
“El Bitcoin no es considerado moneda, así que cuando operas con Bitcoin podés hacer operaciones sin que se meta el banco central. Podés comprar bitcoins y con eso podés comprar dólares. No hay nada ilegal en eso”, estima.