EnglishUna delegación oficial argentina viajará a Nueva York con el objetivo de continuar las negociaciones con el mediador establecido por el juez Thomas Griesa, para ponerle fin a la traba por el pago de la deuda que tiene este país con los denominados “fondos buitre”. Si no llegan a un acuerdo en menos de 48 horas, Argentina entrará en un default por segunda vez en 12 años.
Tras la fallida reunión del viernes pasado en Nueva York con el mediador Daniel Pollack y los representantes de los holdouts, el ministro de Gabinete argentino Jorge Capitanich informó esta mañana que viajará hoy a EE.UU. una nueva comitiva. Esta estará integrada por Pablo López, secretario de Finanzas, Federico Thea, funcionario de la secretaría Legal y Administrativa, y Angelina Abbona, procuradora del Tesoro.
Por su parte, Pollack dijo ayer desconocer la reunión programada para este lunes, pero que las negociaciones continúan abiertas y que está disponible para recibir a la comitiva argentina “en cualquier momento, sea en persona o por teléfono”, aseguró.
En términos reales, Argentina caería en un default técnico pues no estará en condiciones de hacer efectivo el pago por el vencimiento de intereses de la deuda a los tenedores de bonos reestructurados, quienes a diferencia de los llamados “fondos buitres” aceptaron canjear sus bonos en 2005 y 2010. Esto sería así pues Griesa, el juez que media en la causa con los holdouts, ordenó retener los fondos del gobierno sudamericano depositado en el Banco de Nueva York Mellon, hasta tanto Argentina no acepte pagarle también a los holdouts la deuda de de US$1.330 millones en efectivo por los bonos adeudados.
El Ejecutivo argentino buscará —en lo que será una de las últimas chances previas al default—, que el juez reponga el stay (medida cautelar) que destrabe el pago a los bonistas regulares y evite la cesación de pagos para el país.
“Las negociaciones son complejas, requieren tiempo y por eso la Argentina reclama un stay. Propiciamos y participamos de un diálogo que permitan estas condiciones de negociación”, explicó el ministro Capitanich en conferencia de prensa esta mañana.
Además, el funcionario agregó: “Argentina necesita tiempo y ese tiempo se llama stay”. Asimismo dijo que “los argentinos tienen que estar tranquilos, la vida sigue andando”.
Si Argentina lograra por medio de las negociaciones que el magistrado reponga la medida cautelar, el país evitaría caer en default y ganaría dos meses más para seguir negociando el pago a los fondos de inversión.
“Un default es el peor escenario, no quiero que eso pase, habría gente afectada”, había reconocido Griesa en una audiencia.
La presidenta argentina, quien ahora se encuentra en la cumbre del Mercosur en Caracas, Venezuela, buscará apoyo en su lucha contra el sistema judicial norteamericano. Se espera que la mandataria, en caso de que el país caiga en default, lo desconozca y mande a seguir depositando los próximos vencimientos del pago más allá de que el juez continúe bloqueando el pago.
Yo, como Presidenta, no voy a dejar que nos embarguen la soberanía. https://t.co/1fyChhzit8 pic.twitter.com/xFCPDDDDVL
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) July 24, 2014
Consecuencias de un posible default
Roberto Cachanosky, economista y periodista argentino, advirtió que la consecuencia de estar pregonando un falso nacionalismo y dirigirse a un default inminente es que los bonos argentinos caerán de forma notable.
“Si esos bonos caen y parte de ellos están en el activo de los bancos, el sistema financiero va a tener una fenomenal pérdida patrimonial. Eso puede llevarlos a cortar créditos, por ejemplo los giros en descubierto como ocurrió en otras oportunidades, con lo cual se corta la cadena de pagos y se profundiza el proceso recesivo. Y no descarto una corrida financiera y cambiaria dependiendo del pánico que genere el default”, indicó el economista.
Asimismo, aseguró que al bajar el nivel de actividad de la economía se afecta la recaudación, por lo que crece el déficit y se acelera la emisión de los pesos creados por el Banco Central para financiar al Tesoro, generando un mayor índice de inflación y una caída del tipo de cambio real.
“Si la caída de tipo de cambio real se acentúa, el impacto sobre las exportaciones es inevitable. Como los insumos que hay que importar se pagan con los dólares que ingresan por las exportaciones, al ingresar menos dólares de exportaciones se pueden importar menos insumos, por lo tanto la recesión se acentúa junto con la desocupación”, señaló.
Por último, el economista comentó sobre la posibilidad de que Argentina declare el default definitivo: “Claro que podría darse el caso que el gobierno vaya a default definitivo y utilice ess dólares para importar insumos, y dejarle unos pocos dólares al próximo gobierno como reservas en el BCRA, además de un serio problema con la deuda”.
Por su parte, Steve Hanke, director del proyecto Monedas en Problemas del Instituto Cato, expresó: “Argentina tuvo un default caótico en 2001 y ese default terminó eventualmente en este acuerdo de 2005 [entre el gobierno y los que tenedores de bonos]. Los argentinos estuvieron mal asesorados y fueron bastante irracionales en términos del espíritu de la política de deuda”.
El economista Aldo Ferrer manifestó que Argentina no debe ceder ante el reclamo judicial de los holdouts pues si lo hace el país caería en un caos.
“Hay que abandonar esta idea de que si no hay arreglo se viene el mundo abajo. Y también la fantasía de que si Argentina cede, nos van a llenar de dólares y de inversiones”, expresó.
Explicó que “se han depositado los fondos para el vencimiento, pero los fondos no llegaron a los bonistas porque está la interferencia de un tercero, que es el juez Thomas Griesa”. En consecuencia, analizó el economista, lo que sucederá “no es técnicamente un default. Es un hecho original, un problema financiero”, consideró.
Sobre esto ultimo había hablado la presidenta en un acto público el 23 de julio donde explicó que habrá que inventar un nuevo término para calificar a la situación argentina si las negociaciones con los bonistas no suceden antes de este miércoles.
“Van a tener que inventar un nombre nuevo, no sé cuál será. Las calificadoras, los bancos de inversión siempre encuentran algún término con el cual disfrazar lo que realmente pasa: que un deudor pagó y alguien bloqueó y no deja llegar el dinero a terceros”, concluyó.