EnglishCuando me tropecé con Susanne y con SWARM, inmediatamente tuve la sensación de que se trataba de un proyecto que tenía el potencial de revolucionar los mercados de capital semilla. Por eso decidí ponerme en contacto con ella para conversar sobre el proyecto y su visión del impacto que puede llegar a tener.
Aparte de ser escritora, Susanne es una empresaria internacional e inversionista en tecnología. Ha vivido y trabajado en Suecia, Francia, Brasil, China, Afganistán, Pakistán, Emiratos Árabes Unidos, Libia y Egipto. Desde 2012, Susanne se ha convertido en una dedicada evangelista de las criptomonedas.
¿Cómo explicarías SWARM a alguien que jamás haya oído de él?
SWARM es una plataforma de crowdfunding que permite la recaudación de fondos de “criptocapital”. En lugar de incorporar una empresa en una jurisdicción física, se incorpora directamente en el blockchain de Bitcoin a través de la creación de una criptomoneda. Cada moneda individual se convierte en una participación accionaria en la empresa/proyecto (los llamamos Organizaciones Autónomas Distribuidas – OAD), que pueden venderse a los inversores para recaudar fondos, o intercambiarlas como las acciones corporativas en el mercado de valores.
Esta plataforma de criptocapital es posible gracias a la tecnología de Bitcoin 2.0 y al “swarm” en sí mismo: El compromiso de usuarios que generan una comunidad y alimentan la inteligencia de la multitud. Creo que el criptocapital es la nueva frontera luego de la creación de las criptomonedas.
¿Cuál es la diferencia entre tu emprendimiento y plataformas como Kickstarter?
Es la misma diferencia que entre el uso de dólares y Bitcoin: Una es centralizada y regulada por los gobiernos y las instituciones financieras, y la otra es un sistema distribuido cuyos dueños son los propios usuarios.
SWARM se distribuye en el blockchain, de hecho, SWARM en sí misma es una Organización Autónoma Distribuida que pertenece a la comunidad de usuarios, y de igual manera, cada empresa o proyecto será propiedad de la comunidad. Es a través de la inteligencia de la multitud que se añade participación e influencia.
Sin embargo, lo más importante es que los inversores participan en el capital de las OAD. Esto significa que los inversores obtienen una fracción de las ganancias de cada proyecto en que elijan invertir, no solo las gracias y una camiseta de regalo. SWARM es un vehículo de inversión real, facilita el empoderamiento de empresarios reales. Estamos tratando de hacer que sea una fuerza disruptiva en el panorama económico mundial.
Es una plataforma de levantamiento de capital que ofrece un retorno sobre la inversión y la participación e influencia de los accionistas como en cualquier entorno convencional, pero sin el peso de la burocracia.
¿Crees que el hecho de que los inversores se conviertan en accionistas les dará un incentivo para destinar más dinero a este tipo de proyectos?
Sí, naturalmente. Los incentivos que generan las ganancias fomentan la inversión, y también le dan un sentido de propiedad del producto y del proceso en sí a los inversores.
¿Qué monedas acepta la plataforma?
Bitcoin y XCP, pero si ninguna de ellas resulta adecuada, existe la posibilidad de trabajar con nuestro equipo para encontrar una solución.
¿El proyecto está diseñado para tener éxito en un mundo donde las criptomonedas todavía no están suficientemente integradas en la vida cotidiana de la gente?
Por supuesto que nos gustaría ver una mayor participación de las criptomonedas en la economía convencional. Pero creemos que de todas maneras ya hay una cantidad muy importante de personas de todo el mundo que las están utilizando, y están creciendo día a día.
Muchos comercios tradicionales han comenzado a aceptar bitcoins, así como pequeñas tiendas locales. Se ha convertido en una economía significativa por su propio peso.
¿Cuál es la situación jurídica de las inversiones promovidas por la plataforma? ¿Cómo van a ser tratadas por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos?
Al igual que Bitcoin, la estamos lanzando por completo fuera del sistema. Los gobiernos, sin duda, se interesarán en el criptocapital en algún momento, y crearán marcos jurídicos para su desenvolvimiento formal. Cuando eso suceda, esperamos que los gobiernos se den cuenta del potencial económico del criptocapital, y que le den una bienvenida tan cálida como la que muchos gobiernos le han dado a Bitcoin.