Pausé inmediatamente el video casi antes de que termine. Mi indignación pudo más que mi bronca. El gobierno argentino acaba de lanzar, desde el canal de youtube de la casa rosada (sede del ejecutivo), un nuevo video de la campaña “Precios Cuidados”.
Esta campaña pretende llamar a la comunidad argentina a revisar que los precios de las góndolas de los grandes supermercados coincidan con una lista arbitraria de precios máximos fijados por un par de funcionarios. Tapan el sol con las manos y no se dan cuenta el mal que hacen al impedir que se formen los precios y al distorsionar todo su sistema, impidiendo al mercado tomar decisiones basadas en los números reales.
Es gracioso el video ya que parece basado en un dibujito infantil, representando a los buenos y a los malos en bandos separados y mostrando al Gobierno como gran salvador de los pobres y ausentes.
En el video la madre le explica a su hija que al único que le conviene la inflación es a “algunos sectores” que se regocijan subiendo los precios a costa del pobre e inocente trabajador. La única verdad acá es que el que más sufre la inflación es el argentino de a pie. El trabajador asalariado que ve licuarse sus pesos ya devaluados mes a mes.
El gobierno nos miente a todos, todo el tiempo.
El gran error conceptual del video kirchnerista
Más adelante en la narración audiovisual se ve y se escucha como la mujer (y el consumidor en general) tiene un gran poder: El poder de elegir. Eso es una gran verdad. Todos nosotros tomamos miles de decisiones a diario, ¿compro esta marca o compro la otra?, ¿vendo este producto o decido quedarmelo? Si valoras más unas monedas extra en el bolsillo que comprar el papel higénico con extractos de seda o al revés es una decisión que compete por completo al consumidor.
No es que los productores y supermercadistas son unos avaros maleficos sacados de una película de Disney que quieren apropiarse de nuestro dinero a cualquier precio. No cambiaron su comportamiento de hace 1, 4, 10 o 36 años. El que cambió las reglas de juego fue, sin más, el Estado al imprimir desesperadamente papelitos de colores llamados pesos para financiar esa fiesta llamada Gasto Público.
“La inflación es un fenómeno monetario que involucra a la oferta de dinero, a
la demanda, las expectativas y la reputación”, me explicó el reconocido economista argentino José Luis Espert.
En conclusión, el video debería explicar las cosas como son. El gobierno congela precios a través de coerción, baja entonces la oferta del bien, y suben los precios; paralelamente, imprimen pesos que no son requeridos por la demanda, aumentando la oferta del bien peso y por lo tanto, baja la demanda de esta moneda devaluada. El Gobierno explicando cómo funciona el tema de los precios es como el lobo cuidando a caperucita, sus intenciones no son ni pueden ser nobles. Está en su naturaleza.