Suecia es uno de los países más seguros del mundo. Este país lleva más de 200 años sin tener una guerra. No obstante, la paz que vive el Reino de Suecia fue perturbada por los ataques ocurridos en abril de 2017. Estos ataques fueron perpetrados cuando un terrorista robó un camión de cerveza para asesinar civiles inocentes. El criminal utilizó el vehículo para atropellar a varios ciudadanos en una de las calles más comerciales (Drottninggatan o “Calle de la Reina”) de la capital sueca. Como resultado del ataque, 15 personas fueron heridas y 4 asesinadas. Pocas horas después del ataque, organizaciones de seguridad del gobierno sueco aseguraron que habían capturado al sospechoso. El detenido es un hombre de origen uzbeko de 39 años. En este contexto, vale la pena preguntarse ¿cuáles pueden ser las consecuencias políticas de los atentados de Estocolmo?
¿El fin de la generosa política de asilo sueca?
Desde la Segunda Guerra Mundial Suecia ha recibido una importante cantidad de refugiados. Ciudadanos de países como Bosnia, Irán, Somalia, Chile y Uruguay han llegado al país nórdico buscando un refugio de la represión que vivían en sus países. Tanto por la centro-derecha como por la centro-izquierda suecas apoyaron esta política humanitaria. Sólo en en el 2015 unas 163.000 personas recibieron asilo en el país nórdico.
Sin embargo, luego de 2015, Suecia ha endurecido su política migratoria gradualmente. En 2016 el número de refugiados se redujo a 29.000 personas. Otra de las políticas implementadas por el gobierno socialdemócrata de Stefan Löfven para regular la entrada de inmigrantes al país fue levantar controles migratorios en la frontera con Dinamarca. Estos controles habían sido removidos desde 1958, año en que ambos países decidieron dejar de revisar pasaportes en su frontera.
Hasta el momento el gobierno sueco no ha anunciado medidas extraordinarias. Aunque es posible que se reduzca aún más el número de refugiados que reciba el país nórdico, así como que aumenten las exigencias de ingreso al país. No obstante, parece muy poco posible que Suecia establezca medidas como el veto migratorio de Trump a ciudadanos de seis países musulmanes. Y es que la mayoría de los partidos políticos importantes del país no se oponen a la recepción de refugiados. Tanto los partidos de la centro-derecha (Moderados, Centro, Liberal y Cristiano-demócrata) como los de la centro-izquierda (Socialdemócratas, Verdes e Izquierda) consideran que Suecia debe seguir recibiendo inmigrantes y refugiados. El único partido que se opone a esta política es el nacionalista Demócratas Suecos.
¿Podría gobernar la derecha nacionalista en Suecia?
Al igual que en países como Países Bajos, Dinamarca y Finlandia, en Suecia existe un partido político de la derecha nacionalista, crítica de la migración. Se trata del partido Demócratas Suecos (Sverigedemokraterna). Este partido, de orígenes racistas, ha moderado su discurso. Para Demócratas Suecos, es necesario reducir el número de extranjeros en el país, incluso, refugiados. Demócratas Suecos defiende la deportación masiva de inmigrantes, legales e ilegales.
En los últimos años, Demócratas Suecos ha aumentado el número de votantes. Para las elecciones de 2010, el partido logró por primera vez entrar al Riksdag (Parlamento) con el 5,7 % de los votos. En las elecciones de 2014, Demócratas Suecos obtendría algo más que el doble de votos que había obtenido en 2010. Tras la crisis de refugiados de 2015, el partido ha logrado escalar en las encuestas. De ser ciertas estas encuestas, este partido se convertiría en el segundo más votado del país, tan sólo detrás del Partido Socialdemócrata. En algunas encuestas, este partido se ubicaría como el más votado del país para las elecciones generales de 2018.
Aún no han sido reportadas encuestas para las elecciones generales de 2018 tras los atentados en Estocolmo. No obstante, debido al origen uzbeko del sospechoso del ataque, y dadas sus simpatías con Daesh (Estado Islámico), es probable que el discurso de Demócratas Suecos logre más apoyo.
El gran problema para Demócratas Suecos es que los demás partidos representados en el Riksdag se oponen a formar gobierno con este partido. Sin el apoyo de otros partidos políticos, ninguna organización política en Suecia puede formar gobierno debido a la alta fragmentación electoral del país. Por tanto, resulta difícil que Demócratas Suecos forme o haga parte de un nuevo gobierno.
¿Se reformará a profundidad el sistema político sueco?
Pocas horas después de los atentados, la policía sueca detuvo al principal sospechoso del ataque terrorista. Debido a la eficacia de las autoridades, algunos ciudadanos suecos expresaron en Estocolmo su gratitud con los policías del país.
Los socialdemócratas también han apoyado nuevas medidas de seguridad. El partido del Primer Ministro, Stefan Löfven, considera que deben implementarse nuevas políticas tanto migratorias como de seguridad.
Líderes de la oposición como Annie Lööf del Partido de Centro y el conservador, y ex Primer Ministro, Fredrik Reinfeldt, aseguraron que el gobierno y las instituciones habían respondido con eficiencia ante el ataque. Reinfeldt defendió la continuidad de las políticas de sociedad abierta, apertura y libertad. Sin embargo, resaltó que hay elementos qué cambiar.
Conclusión
A pesar de la tragedia causada por el terrorista en Estocolmo, los principales líderes políticos de Suecia defendieron el modelo de sociedad abierta y democrática sueca. Sin embargo, tanto el centro-derecha como el centro-izquierda, aseguraron que es necesario implementar reformas de seguridad y migración, sin renunciar a los valores de libertad y apertura del país nórdico.
Es posible que este terrible hecho dé fuerza a la derecha nacionalista sueca, liderada por el partido Demócratas Suecos. Incluso, es factible que el mencionado partido logre obtener el segundo lugar en número de votos en las elecciones general de 2018. Pero parece complicado que la derecha nacionalista logre llegar al poder en el país nórdico. Más difícil aún sería que los Demócratas Suecos puedan cambiar el sistema y los valores socialmente aceptados en el país.