
En marzo de 1992, un atentado terrorista sacudió Buenos Aires. La embajada israelí fue blanco de un atentado que dejó 22 heridos y cerca de 350 heridos. Pocos meses después, la comunidad judía en Argentina volvería a ser atacada. Esta vez una asociación civil judía sería atacada. En junio de 1994, la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) sufre un atentado terrorista. Este sería el peor ataque terrorista sufrido por el país suramericano. Autoridades argentinas calculan que 85 personas serían asesinadas. Cerca de 250 personas resultarían heridas. Los terroristas asesinarían a hombres, mujeres y niños. Aunque estos atentados terroristas sacudirían a la sociedad civil argentina, y a parte del establecimiento político del país, estos actos criminales siguen en la impunidad. En el PanAm Post le contamos qué se sabe sobre los autores de estos ataques, así como detalles sobre la investigación.
Hipótesis inicial: la conexión local
El entonces presidente argentino Carlos Menem, aseguró que grupos de extrema derecha locales pudieron haber perpetrado el ataque. Según el líder político argentino, nazis asociados a grupos “carapintadas” pudieron ser responsables de los ataques. Los “carapintadas” eran organizaciones de militares y exmilitares que buscaban la restauración de la dictadura militar en el país austral. Durante los primeros gobiernos democráticos de Argentina, estos grupos armados intentaron dar golpes de Estado.
A pesar de que Menem aseguraba que grupos de extrema derecha locales eran responsables de los atentados contra la comunidad judía en Argentina, el mandatario no descartó la participación de grupos fundamentalistas islamistas en los ataques. Tras los ataques en contra de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) algunos funcionarios del Estado argentino aseguraron que era posible que la extrema derecha hubiese perpetrado los ataques. También se presentó como hipótesis la existencia de un trabajo conjunto entre islamistas radicales y extrema derecha local.
Siguiendo la hipótesis de la “conexión local”, autoridades judiciales argentinas acusaron a varios nacionales de realizar el atentado. Según las investigaciones realizadas en Argentina, civiles y policías habrían colaborado en el ataque. Uno de los acusados es el exvendedor de autos usados Carlos Telleldín. De acuerdo con las investigaciones realizadas por las autoridades, Telleldín habría vendido el auto usado para atentar contra la sede de AMIA. A su vez, el excomisario de Policía Juan José Ribelli fue capturado y acusado de apoyar la ejecución del atentado.
Hezbolá y la República Islámica de Irán
A pesar de los indicios encontrados por las autoridades judiciales argentinas, la hipótesis de la conexión local presentaba problemas. Una de las principales debilidades de la hipótesis de la conexión local es que Telleldín cambió su versión de los hechos varias veces. Más grave aún es el descubrimiento de una millonaria transferencia de USD $400.000 a Carlos Telleldín por parte de la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado). El acusado habría recibido esta suma de dinero a cambio de sembrar un falso testimonio sobre los hechos del ataque contra AMIA.
Pero además de los problemas con el testimonio de Telleldín, un grupo islamista radical se adjudicó el atentado. Y es que el grupo terrorista Yihad Islámica, brazo militar de la milicia chiíta Hezbolá, se responsabilizó por el atentado contra la AMIA. Estos hechos obligaron a los investigadores a reenfocar la investigación. Dada la relación entre la milicia terrorista Hezbolá y el gobierno islamista de Irán, autoridades judiciales argentinas investigaron la conexión entre ambos actores en los atentados en Argentina.
En 1999, una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) encontró al grupo terrorista Hezbolá culpable del atentado. Desde entonces, la justicia argentina consideró al libanés Imad Mughniyah, líder de la organización, como responsable del ataque. A pesar de la sentencia de la CSJN, las investigaciones continuaron. No obstante, las investigaciones argentinas continuaban apuntando hacia Irán y Hezbolá.
Kirchnerismo, investigaciones posteriores y el rol de Irán
En 2003, Hugo Chávez transformó la política exterior de su país. Uno de los propósitos de la nueva política exterior venezolana es la creación de importantes lazos diplomáticos con países como Irán, Rusia y Bielorrusia. Desde entonces, líderes de la República Islámica de Irán visitarían varias veces Venezuela. Gracias al estrechamiento de las relaciones entre el régimen iraní y Venezuela, la República Islámica entra en contacto con otros países de América Latina. A pesar de los graves indicios de la participación del régimen iraní en los atentados en Argentina, el gobierno de Cristina Fernández se acercó al gobierno de Irán.
Bajo estas circunstancias, el gobierno argentino firmó en 2013 un memorándum con el régimen iraní. Este memorándum incluía la posibilidad de interrogar a exfuncionarios iraníes sospechosos de dirigir el ataque contra AMIA y la Embajada de Israel en Argentina. Dicho memorándum creaba una Comisión de la Verdad compuesta por expertos designados por autoridades iraníes y argentinas. El memorándum permitía que los acusados no prestasen testimonio. La Comisión de la Verdad operaría en Irán. Víctimas de ambos atentados, así como miembros de la oposición argentina se opondrían al memorándum. Afortunadamente para las víctimas, el tratado fue declarado inconstitucional por la justicia argentina.
El caso Nisman
Durante el gobierno de Néstor Kirchner fue nombrado Alberto Nisman como fiscal federal de la Unidad Especial de Investigación del atentado a la AMIA. El entonces jefe de Estado argentino expresó su apoyo a Nisman. Sin embargo, cuando las relaciones diplomáticas entre Argentina e Irán mejoraron en el gobierno de Cristina Fernández, Nisman comenzó a chocar contra el gobierno kirchnerista. En 2015, el mencionado fiscal acusó a Cristina Fernández y al canciller Timerman de proteger a los presuntos responsables de los atentados. Pocos días después de lanzar esta acusación, Nisman apareció muerto.
El gobierno Macri
Tras la elección de Macri, el gobierno argentino decidió dar un giro a su actitud con respecto a la investigación y al gobierno de Irán. Macri atacó con firmeza el memorándum que el gobierno Kirchner había firmado con la República Islámica. En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Macri pidió la “mayor colaboración internacional” en los casos de la Embajada de Israel y AMIA. No obstante, asociaciones de víctimas condenaron el hecho de que Macri no hubiese mencionado directamente a Irán.
Por su parte, el legislativo argentino prepara un proyecto de ley para juzgar en ausencia a acusados de delitos aberrantes. El propósito fundamental de este proyecto es el de juzgar a los acusados del régimen iraní de apoyar los atentados en Argentina.
Conclusión
Los atentados contra la comunidad judía en Buenos Aires fueron traumáticos para Argentina. Además de sufrir el asesinato de decenas de civiles inocentes, el país ha tenido que encarar la incompetencia de ciertos sectores del Estado. Dados las evidentes contradicciones e inconsistencias en el juicio a Telleldín, la corrupción del sistema es evidente. Han pasado 25 años y aún no hay justicia. Ojalá el gobierno Macri pase de la retórica a la acción y las víctimas obtengan justicia.