Debido a las recientes declaraciones de Donald Trump acerca de la situación de seguridad en Suecia, este país nórdico ha aparecido en diferentes medios en el mundo. Mientras la derecha nacionalista presenta a Suecia como una suerte de infierno islamista, la izquierda progresista desmiente categóricamente la existencia de problemas relacionados con la llegada de inmigrantes al país nórdico. El PanAm Post le cuenta, con cifras en mano, qué está pasando realmente en Suecia y cuál es la situación de seguridad del país.
“Suecia ha atraído a miles de inmigrantes”
Cierto. Desde la Segunda Guerra Mundial Suecia ha recibido una importante cantidad de refugiados. Se calcula que al menos 20.000 niños finlandeses fueron recibidos en en elpaís; infantes que fueron desplazados por la invasión soviética a Finlandia durante la Segunda Guerra Mundial. De hecho, la comunidad de extranjeros más numerosa de Suecia viene de Finlandia. Suecia también acogió al menos a 900 judíos noruegos y 7000 judíos daneses (cuando Noruega y Dinamarca estaban bajo dominio del imperio nazi). El país nórdico también logró salvar a numerosos judíos perseguidos por el régimen nazi en Hungría.
Luego de la década de los sesenta, el país nórdico recibiría asilados de países con problemas políticos como Bosnia, Irán, Somalia, e incluso refugiados de las dictaduras de Pinochet y Uruguay. Siguiendo su política humanitaria, aceptada tanto por la centro-derecha como por la centro-izquierda, Suecia abrió sus puertas a sirios e iraquíes. Solo en el 2015 unas 163.000 personas recibieron asilo en el país nórdico. Sin embargo, esta cifra se redujo drásticamente en 2016, 29.000 personas recibieron asilo en el país nórdico. En total, durante los últimos 15 años, Suecia ha recibido unos 650.000 refugiados.
“Suecia se está islamizando”
Falso. Aunque el país nórdico ha recibido un gran número de ciudadanos del Oriente Próximo, no todos son musulmanes. Suecia ha recibido cristianos, yazidíes y drusos como refugiados en el país. Por ejemplo, muchos de los refugiados provenientes de Irán que han llegado a Suecia son ateos, baha’i y zoroastristas, enemigos del régimen islamista iraní.
Los musulmanes en Suecia representan una pequeña minoría en el país. Se calcula que esta comunidad no supera el 1.5 % de la población del país. Por lo tanto, la idea, según la cual el país se convertirá pronto en un país de mayoría musulmana parece descabellada. Además, la comunidad musulmana en Suecia es diversa y muchos de los musulmanes que han buscado refugio en el país nórdico no apoyan el Islam como sistema político.
Lo que sí es cierto es que algunos grupos radicales reclutan refugiados, e incluso ciudadanos suecos. Aunque no hayan atentado en el país, las autoridades suecas expresan su preocupación por el número de reclutados en Suecia. Al menos 300 jóvenes que vivían en el país han pasado a engrosar las filas de Daesh en Siria o en Iraq.
“Los ataques islamistas son corrientes en Suecia”
Falso. Aunque el número de inmigrantes provenientes del Medio Oriente ha aumentado en el país durante los últimos años, no ha habido importantes atentados en suelo sueco. De hecho, solo se ha reportado un intento de ataque islamista en la historia de Suecia. En este intento de ataque, ocurrido en 2010, un terrorista islamista pretendió explotar un vehículo en el centro de Estocolmo, sin embargo, el atacante resultó muerto y no pudo perpetrar el atentado. No se reportaron otros muertos.
“Hay constantes tiroteos en Suecia producidos por islamistas”
Falso, aunque con matices. El crimen en Suecia se ha reducido en el país durante los últimos veinte años. No obstante, en algunas ciudades como Malmö hay tiroteos. Los autores de los tiroteos suelen ser narcotraficantes que no representan intereses políticos ni religiosos. Debido a que los tiroteos en el país son escasos, no ha habido crecimiento en la tasa de asesinatos por cada cien mil habitantes en el país.
Según el analista liberal sueco Johan Norberg, es posible que las estrictas leyes de control de drogas (incluído el cannabis) estimulen la creación de esta clase de fenómenos. Un relajamiento de las normas sobre drogas en el país, fórmula elegida por Uruguay, por ejemplo, podría destruir el negocio del narcotráfico a las facciones criminales.
“Los inmigrantes han arruinado a Suecia”
Falso. Aunque el número de refugiados aumenta, la economía sueca no se contrae. Por lo contrario, pasa por una muy buena etapa, y es uno de los países desarrollados que más crece. En 2014, el producto interno bruto (PIB) sueco creció en un 2,3 %; en 2015 un 4,2 % y en 2016 un 3,6 %.
El gobierno sueco mantiene una costosa política social. Los refugiados también reciben generosas ayudas del Estado. Estos reciben cursos de sueco, capacitaciones para el trabajo y cursos de adaptación cultural, entre otras comodidades. Además de estos beneficios, los refugiados residentes en Suecia se rigen por las estrictas leyes laborales existentes en el país. Estas leyes dificultan la contratación de personas poco calificadas y que no hablan el idioma. Razón por la que algunos inmigrantes quedan excluidos del mercado laboral. Una flexibilización laboral podría permitir que refugiados que no tienen educación consigan un trabajo más fácilmente.
“La tasa de homicidio se disparó en el país”
Falso. De hecho la tasa de homicidios se ha reducido en Suecia durante los últimos 25 años. Según datos de la ONU, la tasa de homicidio del país se ubica en 0,7 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En la vecina Finlandia, que no ha acogido masivamente inmigrantes, es de 1,6 asesinatos por cada 100.000 habitantes; en Noruega, en la última medición realizada, fue de 2,1. Por lo tanto, Suecia no ha experimentado un aumento en la tasa de homicidio. No hay correlación entre la llegada de inmigrantes y la tasa de homicidio en el país.
El número de homicidios es tan bajo en Suecia que solo en Washington D. C. hay tres veces más asesinatos que en toda Suecia. Vale la pena recordar que D. C. tiene 670.000 de habitantes, mientras que Suecia bordea los 10.000.000.
“La tasa de violación en Suecia está disparada”
Cierto. El número de violaciones en el país nórdico ha aumentado. Sin embargo, no resulta riguroso asegurar que la causa del aumento en las violaciones en el país sea causado por los inmigrantes. La causa de este aumento tiene que ver con el cambio en la definición de violación y en la forma de medir las violaciones en el país. Mientras que algunos países computan como acoso ciertas prácticas sexuales, en el país nórdico estas pueden considerarse como violación. La forma de medir el número de violaciones en el país también contrasta con la de otros países. En Suecia si un hombre viola a una mujer todos los días del año, la justicia sueca considera que el hombre ha violado a la mujer 365 veces.
Conclusión
A pesar de los problemas presentados, Suecia sigue siendo uno de los países más libres y prósperos del mundo. La sociedad sueca ha estado haciendo una importante labor para recibir refugiados durante varios años. El país nórdico ha acogido a finlandeses, daneses, noruegos, uruguayos, chilenos, bosnios y de muchos otros países. Evidentemente, acoger e integrar a todos estos refugiados implica pagar un costo económico que no todos están dispuestos a asumir. Por esta razón, algunos líderes políticos suecos proponen reducir los beneficios de los refugiados, pero flexibilizar las leyes migratorias suecas. Estas reformas permitirían salvar más vidas, además, abriría las puertas a la creación de (aún más) fundaciones de la sociedad civil dedicadas a apoyar a los necesitados en el país.
Negar la existencia de problemas relacionados con la migración sería mentiroso. De hecho, evitar hablar del tema ha dado fuerza a la derecha nacionalista. Para lograr integrar mejor a los refugiados, Suecia podría mejorar sus políticas en materia laboral. Este es uno de los países europeos donde resulta más difícil para los inmigrantes conseguir trabajo. Las inflexibles normas del mercado laboral sueco impiden que personas poco cualificadas puedan encontrar un trabajo en el país porque los costos de contratación son demasiado elevados. La reforma del mercado laboral sueco permitiría que más personas consiguieran trabajo en el país. De igual forma, reformar la manera en que el Estado controla el uso de estimulantes como el alcohol y las drogas blandas, podría significar un duro golpe para los traficantes. Las fuerzas del orden y la sociedad suecas podrían mejorar su capacidad de reacción ante la radicalización de jóvenes en las áreas más deprimidas del país.