Los tres últimos años México ha experimentado un débil crecimiento económico. En 2013, el país creció 1.3 %, mientras que en los años 2014 y 2015 la economía mexicana creció cerca del 2 %. En esos años otras economías de la Alianza del Pacífico, aliados de México, experimentaron un crecimiento económico más elevado, entre ellos países como Colombia, Chile y Perú, cuyo desempeño económico fue más dinámico que el de México.
La lenta economía mexicana se ve reflejada en las difíciles condiciones de vida del mexicano promedio. Esto, mientras los políticos mexicanos disfrutan de privilegios considerados como excesivos, privilegios que son costeados con el dinero de los ciudadanos mexicanos. En el l PanAm Post le contamos cuáles son algunos de los privilegios que tienen los políticos mexicanos.
Salario del presidente
El salario del presidente mexicano es, y ha sido históricamente, uno los más altos de América Latina. En 2015, el presidente de México era el mejor pagado de la región. En ese entonces, el salario que recibía el presidente era más elevado que el de la canciller alemana Angela Merkel o el entonces Primer Ministro británico David Cameron. No obstante, debido a la acelerada devaluación del peso mexicano, los salarios de los mexicanos, incluido el del presidente, se redujeron considerablemente.
En la actualidad, Enrique Peña Nieto gana $201.239 MXN (unos USD $9,426) mensuales. A su vez, el salario mínimo mensual en México es de unos $1.760 MXN (USD $82). Esta enorme brecha salarial implica que el presidente mexicano gana 114 veces más que un trabajador que recibe el salario mínimo. Eso implica que un mexicano que recibe un salario mínimo necesitaría casi nueve años para ganar un mes de salario presidencial. Esta brecha salarial es una de las mayores en América Latina. Incluso comparado con otros países donde los ciudadanos ganan mucho menos que sus presidentes, la brecha salarial mexicana es escandalosa.
En Colombia, el salario del presidente equivale a unos USD $11.300. En ese mismo país el salario mínimo equivale a USD $252. Eso implica que un trabajador colombiano debe trabajar 44 meses, unos tres años y medio, para ganar el salario de un mes del presidente. La brecha salarial entre el presidente y sus ciudadanos en países desarrollados suele ser mucho menor. En España, Rajoy gana casi ocho veces un salario mínimo. François Hollande, presidente francés, gana 11 veces el salario mínimo. Finalmente, el Primer Ministro de los Países Bajos gana unas 11 veces el salario mínimo.
Pensiones y beneficios de los expresidentes mexicanos
Además del presidente mexicano, los expresidentes del país también tienen privilegios. Los presidentes mexicanos tienen pensiones vitalicias. Los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón reciben $205.122 MXN (USD $9.600). Las esposas de los expresidentes, tras la muerte de estos, recibirán un 80 % de la pensión, aunque con los años, las viudas reciben un 50 % de la pensión.
Además de pensiones vitalicias, los exmandatarios mexicanos cuentan con asesores políticos pagos con dineros públicos. Por ejemplo, Tomislav Lendo, asesor de Felipe Calderón, recibe unos USD $9.000 mensuales por asesorar al expresidente. Según un reconocido diario mexicano, los salarios de los asesores de Calderón se acercan a los USD $29.000 mensuales. Los asesores de Vicente Fox le cuestan menos a los mexicanos, aunque exceden los USD $21.000. Finalmente, los asesores de Ernesto Zedillo le cuestan al país unos USD $2.500 mensuales.
Salario de los congresistas mexicanos
El Congreso de la Unión de México es una institución compuesta por 500 diputados y 128 senadores. Es decir, en total hay 628 congresistas en el legislativo mexicano. Esto quiere decir que el legislativo mexicano tiene más congresistas que el de los Estados Unidos.
Hasta 2015, los congresistas mexicanos eran los mejor pagados de América Latina. Sin embargo, la depreciación del peso mexicano afectó los elevados salarios de los congresistas mexicanos. En este país los congresistas reciben unos USD $15.000 entre salario y prestaciones extraordinarias. Sin las prestaciones extraordinarias, cada uno de los 500 diputados recibe unos $148.558 MXN (USD $7000). Eso significa que un diputado mexicano recibe 84 salarios mínimos. Por lo tanto, un mexicano que reciba un salario mínimo deberá trabajar durante siete años para recibir el salario de un mes de un diputado mexicano.
Los salarios de los diputados y senadores mexicanos son elevados, incluso, sin las prestaciones extraordinarias. Un congresista mexicano devenga más que un parlamentario sueco, lituano, estonio, búlgaro, griego o portugués.
A pesar de sus elevados salarios y numerosos privilegios, según el Diagnóstico sobre el Parlamento Abierto en México, el Congreso mexicano no cumple con mínimos en materia de transparencia y rendición de cuentas.
Aguinaldos navideños para congresistas y altos cargos
Todos los años,los congresistas mexicanos reciben un aguinaldo navideño equivalente a $140.000 MXN (USD $6.600). Sin embargo, 2016 fue un año especial para los congresistas del mencionado país, ya que ellos mismos decidieron regalarse $150.000 MXN (USD $7000) extra con el propósito de apoyar “sus gestiones y de su personal”.
Según la Arquidiócesis de Mexico, no solo los congresistas recibieron un bono extra. Los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, entre muchos otros otros, recibieron jugosos bonos.
Los congresos locales
No solo el ejecutivo y el legislativo mexicanos reciben generosas cantidades de manos de los impuestos de los ciudadanos. También los miembros de algunos congresos locales tienen salarios y prestaciones más elevadas que en el Primer Mundo. En total México tiene 1.125 diputados locales.
Según el Informe Legislativo 2016, algunos congresos locales gastan más dinero por diputado que los países desarrollados. Mientras la Asamblea Legislativa del Distrito Federal gasta unos 2,9 millones de dólares por diputado, el Parlamento canadiense gasta 1.31 millones y el alemán 1.28.
Conclusión
En México, los ciudadanos pagan un alto precio por una baja calidad de gobierno. Y aunque el Estado mexicano sea incapaz de garantizar mínimos de seguridad, estabilidad y justicia para sus ciudadanos, los miembros de la alta política mexicana se adjudican salarios más altos que sus pares del Primer Mundo, reciben bonos especiales y ganan pensiones elevadas.
Si la clase política busca mejorar la percepción ciudadana sobre su labor, deberá reformar el sistema. Atacar los injustos privilegios de la élite estatal y reducir el tamaño del Estado. Lo anterior podría devolverle a los ciudadanos la confianza en sus instituciones.