
Las dictaduras y las democracias electorales latinoamericanas lucharon con dureza en contra de las guerrillas, muchas veces acudiendo a la guerra sucia. Sin embargo, algunos movimientos insurgentes de izquierda siguieron activos. A finales de la década de los ochenta, con el colapso soviético, una parte considerable de las guerrillas izquierdistas firmó la paz con sus gobiernos.
No obstante, a pesar de dictaduras, procesos de paz y los fracasos del socialismo bolivariano, algunos países siguen soportando la presencia de guerrillas de izquierda. En el PanAm post le contamos cuáles son esas guerrillas y dónde siguen activas.
La Revolución cubana y las guerrillas latinoamericanas
Luego de la Revolución cubana (1959), las guerrillas de izquierda se multiplicaron en América Latina. La pobreza, la desigualdad, el narcotráfico, la financiación cubana y soviética hicieron posible la aparición de guerrillas en todo el continente. Mientras que una gran parte de las guerrillas se alineó con el marxismo, otras promovieron un socialismo nativo.
El atractivo de las ideologías socialistas atrajo a cientos de estudiantes, campesinos y trabajadores a formar guerrillas. La violencia revolucionaria afectó a políticos, empresarios, militares e incluso diplomáticos.
La reacción anticomunista no se hizo esperar y en algunos países llegaron los golpes de Estado. Brasil en 1964, Argentina en 1966 y 1972, Chile en 1972, Uruguay en 1973, Guatemala en 1982 sufren golpes de Estado.
Golpes de Estado y guerrillas
Los gobiernos militares latinoamericanos deciden cooperar en la lucha antiguerrillera mediante todas las formas posibles. Torturas, desapariciones, muertes son herramientas efectivas para la lucha antisubversiva. Mientras las dictaduras luchaban con crueldad, las organizaciones guerrilleras respondían con virulencia. Durante los sesenta y setenta era común que las organizaciones subversivas realizaran atentados, secuestraran y asesinaran.
Varias organizaciones guerrilleras fueron vencidas por los gobiernos militares. En Brasil Vanguarda Popular Revolucionária (VRP), la guerrilla de Araguaia, VAR- Palmares; Argentina el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Los Montoneros; Uruguay los Tupamaros.
Las democracias electorales como la Cuarta República de Venezuela o el Frente Nacional colombiano también lucharon contra grupos guerrilleros. Es el caso de los gobiernos venezolanos de Caldera, Carlos Andrés Pérez, Herrera Campins, Lusinchi combatieron a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN).
En contraste, la situación más difícil la vivió Colombia, que debió enfrentar a un puñado de organizaciones guerrilleras.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Movimiento 19 de Abril (M-19), el Ejército Popular de Liberación (EPL) lucharon contra el Estado colombiano.
La división internacional entre vías al socialismo se reflejó entre las guerrillas latinoamericanas. La Unión Soviética, China, Cuba y hasta Albania y Libia patrocinaron guerrillas en Latinoamérica.
El colapso socialista y las guerrillas latinoamericanas
A finales de la década de los ochenta, el colapso socialista implicó el fin del apoyo a las guerrillas latinoamericanas. A su vez, los gobiernos de los Estados Unidos perdieron interés en apoyar a gobiernos dictatoriales. Como resultado, gobiernos y guerrillas decidieron sentarse a negociar. En este momento, las guerrillas guatemalteca, salvadoreña y algunas guerrillas colombianas—M19 y EPL— entregan sus armas.
No obstante, hacia comienzos de los noventa, ciertos movimientos guerrilleros no solo no se desmovilizaron sino que se fortalecieron. Es el caso de las FARC y el ELN en Colombia. En Perú el Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amarú (MRTA) se fortalecieron. Hacia 1994 se formó en México el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Con las victorias de los proyectos izquierdistas en América Latina, los proyectos guerrilleros perdieron fuerza. Sin embargo, en un contexto de debilitamiento del socialismo del siglo XXI, vale la pena preguntar ¿quedan guerrillas activas en América Latina? Y si quedan, ¿dónde operan?
EZLN en México
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) nace en un contexto diferente al de la mayoría de guerrillas latinoamericanas. En diciembre de 1993, cuando ya no existe la Unión Soviética, un grupo inicia un levantamiento armado en el Estado de Chiapas, sur de México.
La organización rebelde reivindicaba mejoras sociales para los indígenas mexicanos. El EZLN consideraba que el gobierno de Salinas de Gortari aplicaba medidas “neoliberales” a las que la organización se oponía. La fecha elegida para comenzar su lucha tuvo que ver con la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)
El grupo insurgencia ganó reconocimiento internacional debido a las tomas de siete cabeceras municipales en Chiapas en 1994. También les garantizó visibilidad internacional la llamada “Marcha del color de la Tierra” en 2001, una marcha hacia Ciudad de México. En 2006, el famoso líder zapatista subcomandante Marcos dirigió una contra-campaña presidencial promoviendo ideas anticapitalistas, recorriendo México.
En octubre de 2016, el EZLN sorprendió a los mexicanos anunciando que postulará una mujer como candidata a la presidencia de México.
Las guerrillas activas en Colombia
Colombia es el país latinoamericano que durante más tiempo ha tenido que soportar la violencia guerrillera. A pesar de que las FARC son el grupo guerrillero más famoso del país, el país suramericano ha tenido que vivir la violencia de otras guerrillas como el EPL y el ELN. El accionar de las guerrillas colombianas incluye secuestros, masacres, desapariciones y atentados a objetivos civiles.
Hacia finales de la década de los ochenta, el EPL y el M19 dejaron las armas. Sin embargo, una facción del EPL siguió combatiendo al Estado, a los paramilitares y a otras guerrilas. Hoy en día una facción de dicha guerrilla sigue combatiendo. El EPL tiene una presencia en la región del Catatumbo, en frontera con Venezuela.
Las FARC son la guerrilla más poderosa y reconocida de América Latina. La guerrilla colombiana comenzó siendo marxista-leninista, no obstante, durante los últimos años ha expresado simpatías bolivarianas. El autodenominado “Ejército del Pueblo” considera al expresidente venezolano uno de sus “más importantes referentes”.
Durante finales de la década de los ochenta, la guerrilla de las FARC intentó pactar su desmovilización, pero la violencia paramilitar y el asesinato masivo de políticos de izquierda detuvo la posibilidad de negociar con el grupo.
Las FARC acordaron con el gobierno colombiano la posibilidad de su desmovilización, sin embargo, tras el fracaso del “Sí” en el plebiscito, el acuerdo queda en un limbo.
El ELN es una organización guerrillera fundada en la década de los sesenta. El ejército ilegal fue fundado por un grupo de colombianos admiradores de la Revolución cubana. No obstante, debido a la presencia de sacerdotes católicos en la organización, el ELN adoptó posturas cercanas a la llamada teología de la liberación. El grupo armado ha buscado negociar con el gobierno colombiano en múltiples ocasiones, incluso bajo el gobierno de Álvaro Uribe, pero nunca ha llegado a un acuerdo. En la actualidad la organización guerrillera busca negociar su desmovilización con el actual gobierno colombiano.
Sendero Luminoso en Perú
Durante la década de los ochenta, dos grupos guerrilleros ensangrentaron Perú: el Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amarú (MRTA). Sin embargo, las acciones del gobierno Fujimori condujeron a la desaparición del MRTA y al debilitamiento de Sendero Luminoso. No obstante, este último grupo sigue activo en el Perú.
Sendero Luminoso es un grupo ilegal fundado por Abimael Guzmán y otros marxistas peruanos. La organización rebelde tiene una ideología marxista-leninista, maoísta e inspirada en las ideas socialistas de José Carlos Mariátegui.
Durante el primer gobierno de Alan García, el grupo ilegal realizó numerosos actos de terrorismo, atacando objetivos civiles como centros comerciales y aeropuertos.
El accionar del gobierno Fujimori—muchas veces ilegal—debilitó a la organización. No obstante, existe aún un grupo de guerrilleros de Sendero Luminoso que continúa en su accionar bélico.
El último gran ataque del grupo ilegal ocurrió en abril de 2016, cuando el grupo guerrillero asesinó a 7 soldados. Para Abimael Guzmán, exlíder de la organización, los nuevos líderes de Sendero Luminoso—los hermanos Quispe Palomino— no representan a la guerrilla que él dirigió.
En el contexto de los acuerdos de paz entre las FARC y el gobierno colombiano, Sendero Luminoso intentó inscribir un partido político en Perú. El Frente por la Unidad y Defensa del Pueblo Peruano (Fudepp) no fue legalizado por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Finalmente, el presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski aseguró que el grupo ilegal no podrá hacer política mientras continúe ejerciendo la violencia.
Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP)
El EPP fue fundado en un contexto diferente al resto de movimientos guerrilleros en América Latina. La guerrilla paraguaya fue creada en 2008, mientras la izquierda lograba triunfos electorales, incluso en Paraguay.
La guerrilla paraguaya se fundó meses antes del triunfo del obispo Fernando Lugo. El EPP creció y atacó al Estado mientras el expresidente paraguayo dirigió el país.
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El grupo ilegal continuó la lucha armada en contra de los gobiernos de Federico Franco y Horacio Cartes. El EPP usa el secuestro, la extorsión y el tráfico de drogas como fuentes de financiación.
Las guerrillas latinoamericanas en un nuevo contexto
Los movimientos guerrilleros apasionaron a jóvenes e intelectuales durante las décadas de los sesenta y ochenta. El colapso soviético evidenció los crímenes de las dictaduras socialistas de Europa del Este.
En el contexto latinoamericano, la izquierda democrática ha logrado victorias en varios países de la región. A pesar de sus errores, los gobiernos de izquierda moderada han respetado la institucionalidad. Los radicales han mostrado una cara tiránica.
No es coincidencia que en los países donde subsisten guerrillas hay presencia del narcotráfico y de otras actividades ilegales: México, Colombia, Perú y Paraguay. El tráfico ilegal de drogas perpetúa los conflictos armados en la región.
Si bien es posible que muchas de las mencionadas organizaciones armadas defiendan una ideología, es evidente que esas ideas llevan a la pobreza, el despilfarro y el atraso. Quienes deseen dejar las armas y hacer parte del sistema democrático deberían contar con la protección de los Estados; quienes sigan en la lucha armada deberían enfrentar la ley.