EnglishEl pasado 15 de septiembre, el Fraser Institute de Canadá publicó el Informe Anual de Libertad Económica en el Mundo 2015, que fue presentado en Venezuela por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice Libertad), miembro de la red de institutos de este informe anual.
Los regímenes dictatoriales como República del Congo, Libia, Chad y Siria, quedaron en los últimos puestos y Venezuela quedó en el último lugar de 157 países.
El Índice de Libertad Económica en el Mundo está dividido en 5 grandes áreas: (1) tamaño del Gobierno; (2) estructura jurídica y garantía del derecho a la propiedad privada; (3) acceso a una moneda sana y sólida; (4) libre comercio; y (5) regulación del mercado de crédito, regulación del mercado laboral y regulación de la actividad empresarial.
Veamos cómo está Venezuela en cada una de estas áreas:
Gasto público, transferencias y subsidios, empresas e inversiones públicas
En los últimos años se ha incrementado la creación de empresas públicas; se han tomado (bajo diversas formas arbitrarias) empresas privadas que han pasado a manos del Estado; y la mayoría de estas empresas, sino todas, son improductivas.
Podemos decir que Venezuela no es solamente el último país en materia de libertad económica, es también el país menos libre del mundo
En este sentido, al revisar la investigación “Gestión en Rojo”, de Richard Obuchi, Bárbara Lira y Anabella Abadí, del 2007 a 2010 el Estado venezolano “invirtió” la cifra de más de $23 millardos para expropiación, adquisición o creación y puesta en marcha de empresas socialistas, específicamente Electricidad de Caracas, Seneca, Empresas de la Faja del Orinoco, Sidor, Banco de Venezuela, Cemex, Holcim, Lafarge, Lácteos Los Andes, contratistas de Pdvsa y las de café (El Peñón, Madrid, Fama de América y San Antonio).
Garantía del derecho a la propiedad privada; independencia judicial; cumplimiento de los contratos y restricciones regulatorias a la venta de inmuebles
La propiedad privada tal vez sea uno de los derechos menos respetados en este período. A través del Observatorio de Derechos de Propiedad se evalúa la situación de la propiedad en Venezuela y en sus diversos boletines se ha dejado constancia de la política sistemática de desconocimiento de la propiedad privada aplicada desde el año 2007 por este régimen, ya sea con la actuación u omisión del Poder Judicial, Legislativo y Ejecutivo.
Así tenemos la expropiación como sanción aplicable por cualquier tipo de ilícito económico; la ocupación temporal; regulaciones confiscatorias; la designación de una Junta administradora especial por el Ministerio con competencia en materia del Trabajo en los casos de ocupación temporal de una empresa; prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles, que puede ser dictada durante una intervención u ocupación temporal; rechazo del Registrador Mercantil para inscribir una compañía en los casos en que el capital social no es cónsono para cumplir con el objeto social; remisión de utilidades en caso de la inversión extranjera, que son fuertemente limitadas; entre otras.
Acceso a una moneda sana y sólida (inflación, libertad de mantener cuentas bancarias en divisas)
Con relación a la inflación, el economista Willians Ruiz advierte que al tercer trimestre del 2014 la deuda externa total de Venezuela alcanzaba USD 116.572.000.000,00 (con base en información disponible en el Banco Central de Venezuela), y paradójicamente nos hemos endeudado más en el periodo donde más hubo ingresos históricos en la nación.
Para el Director Ejecutivo del Instituto Ludwig von Mises Venezuela, entre las causas atribuibles a esta situación están las acciones netamente políticas que comprometieron el respeto y la garantía a la propiedad privada, propiciaron su debilitamiento y en algunos casos hasta su desaparición. Esto está directamente vinculado con el punto anterior.
Libre comercio (barreras regulatorias al comercio internacional, tamaño del sector comercial, tipo de cambio y controles de mercado de capitales)
La sola existencia de un régimen de control de cambio de más de una década es una barrera al comercio internacional. Este régimen supone engorrosos trámites para importar y exportar, sin mencionar la cantidad de obligaciones derivadas del control de cambio, como por ejemplo: declaración de divisas que ingresan por concepto de exportación y la venta obligatoria de un porcentaje determinado de estas divisas.
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Regulación del mercado de crédito, regulación del mercado laboral y regulación de la actividad empresarial
Estas tres áreas resultan ampliamente reguladas. Tomemos como ejemplo el mercado laboral que gracias a la permanente y casi infinita inamovilidad laboral y a la Ley Orgánica del Trabajo, del Trabajador y de la Trabajadora prácticamente está detenido.
Por su parte, el sector empresarial ha sido objeto de persecuciones por parte de las políticas del Estado. No sólo el control de cambio y el control de precios constituyen fuertes regulaciones para la actividad del empresario en Venezuela, sino también las sanciones por ilícitos amplísimos (contrario a los principios más elementales de Derecho) que incluso conllevan medidas privativas de libertad.
Como resultado de lo anterior, no sorprende que Venezuela ocupe el último lugar del Índice de Libertad Económica. Pero este Índice refleja más que eso.
Este informe anual está acompañado por un estudio sobre libertad económica y la percepción individual de control y satisfacción vital, en los que los componentes evaluados en el informe están directamente vinculados con el proyecto de vida de las personas, con la libertad de elegir entre las diferentes opciones que les daría una sociedad libre.
Si todos los componentes evaluados están francamente comprometidos, con el Informe Anual de Libertad Económica en el Mundo 2015, podemos decir que Venezuela no es solamente el último país en materia de libertad económica, es también el país menos libre del mundo.