Tras el anuncio de Nicolás Maduro de retirar a Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA) el pasado 25 de abril, el dictador cubano Raúl Castro aprovechó la oportunidad para demostrar, una vez más, su apoyo a la dictadura venezolana.
Al parecer ni la presión internacional ni los casi 30 muertos que han dejado las protestas en las calles de Venezuela han mermado el apoyo de Castro a Maduro.
Por medio de un comunicado, la cancillería cubana celebró la decisión de Venezuela:
“Venezuela ha adoptado la digna decisión de retirarse de la OEA, que firmemente apoyamos, luego de haber enfrentado con valentía el acoso, la injerencia y la ignominia de la que ha sido objeto en esa institución y por parte de su enfebrecido Secretario General”
El motivo de tan drástica decisión fue una mera reunión de cancilleres que la OEA convocó para analizar la crisis en Venezuela. El régimen cubano alega que el organismo internacional hostiga a Maduro.
Del mismo modo, la cancillería cubana indicó que la acción adoptada por la OEA “constituye otra acción coherente con el tradicional papel de esa organización como instrumento de dominación imperialista en el hemisferio; a fin de resquebrajar la soberanía, la independencia y la dignidad de Nuestra América”.
Según el régimen cubano, la OEA tiene firmes “propósitos de derrocar” a Nicolás Maduro y “merece el más profundo repudio”, porque “conspira y subvierte a gobiernos genuinos y legítimamente constituidos con demostrado respaldo popular”.
No obstante, esta defensa a la dictadura venezolana se debe a los fuertes vínculos comerciales, producto del petróleo subsidiado, entre ambos países de corte socialista. Y es que no solo la cancillería cubana manifestó su apoyo, sino que el ministerio de Relaciones Exteriores de la isla precisó:
“Cuba ratifica su firme compromiso de acompañar a Venezuela y la posición digna, valiente y constructiva del presidente Nicolás Maduro al frente de la Revolución Bolivariana. Expresamos nuestro apoyo y solidaridad al pueblo y gobierno venezolanos en este nuevo capítulo de resistencia y dignidad”.
Cuba no pertenece a la OEA desde 1962, cuando fue expulsada por presión de Washington. En 2009 la OEA le abrió las puertas nuevamente, pero al régimen cubano no le ha interesado regresar al organismo, por considerarlo un instrumento de “dominación imperialista” de EE. UU.
Fuente: El Nuevo Herald.