Un chiquillo mimado, petulante y desafiante es sorprendido en la escuela destruyendo el mobiliario, cuando es sorprendido y cuestionado por su actuar, frente a la falta de motivos, argumentos y sentido, su respuesta irresponsable, irritante y burda es ¿y qué?
Esa fue la respuesta que los ciudadanos y residentes de Chile recibieron de parte del ministro del interior Mario Fernández cuando fue cuestionado por el terrorismo en la Araucanía. Frente al nulo control o más bien permisividad cómplice del gobierno, no le queda más remedio que hacer las veces de un chiquillo maldadoso de escuela que es sorprendido en su falta y responde desafiantemente ¿Y…?
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Frente a las razonables preguntas que se le hacían sobre la posibilidad escasa de crecimiento económico y bienestar en una zona donde el terrorismo está sentando sus bases y se está expandiendo, el ministro siguió con su profundo relato insistiendo en el ¿Y…?
Ese ¿Y…? es igual un ¿Y qué? Dando a entender que enfrentado a las cifras, cuestionamientos por las mismas y frente a su incapacidad de gestión e invisibilidad ministerial, es tal la inepcia, y tan desesperada la situación, que ya todo le da lo mismo.
Mario Fernández, un hombre profundamente creyente, perteneciente al Opus Dei, parece haber hecho un traspaso de su religiosidad al gobierno, es un converso a la ideología. Estamos en la etapa en que las excusas frente a las cifras se acabaron y el ministro recurre al ¿Y…?
Mientras en la Araucanía se están produciendo ataques con 16 hombres armados y no con escopetas a perdigones, sino que los agujeros de bala que se produjeron, atravesaron el metal dejando vastos forados en los muchos vehículos destruidos. Quemaron o trataron de quemar más vehículos y se enfrentaron a carabineros a balazos y el ministro… ¿Y…?
Todo esto es un avance en el descaro en el discurso gubernamental cuando el intendente de la IX región decía “esto solo es una fricción intercultural” y la presidenta decía “esto solo es un robo de madera, delincuencia rural”, pero ya pasamos la etapa de las explicaciones burdas y simplistas y pasamos a la etapa del desafío y la insolencia hacia la ciudadanía con el “¿Y…?” – Están quemando camiones en la Araucanía – ¿Y…? – Están matando personas y destruyendo sus propiedades – ¿Y…?
¿Qué hace el ciudadano frente a un gobierno que responde “¿Y…?”?
Hemos llegado a esa fase donde el gobierno perdió la vergüenza frente a su propia incompetencia y se refugia en el ¿Y…?
En el 2014 hubo 5 atentados incendiarios que ocurrieron entre la VIII y X región, además de los otros atentados que no están contemplados como fuego. El 2015 aumentó la cifra a 14 y el 2016 ya llevamos 36 atentados con fuego y 19 de estos ocurridos en la VIII región, la destrucción de maquinaria ha aumentado en más de 94 equipos.
Lo que se constata es que el conflicto aumento su cobertura geográfica y ha aumentado la intensidad de los atentados y la participación de personas en estos. Ya no les importa si las tierras tienen o no custodia policial, entran sin tapujos.
La zona está abandonada por el gobierno, a merced del terrorismo. Las comisiones creadas para dialogar son un fraude, ya que las víctimas no están representadas.
La región de la Araucanía está sola, no puede esperar nada de este gobierno. Las instituciones terroristas defienden su lucha armada y el terrorismo mientras que el Estado no ha querido intervenirlas teniendo la capacidad tecnológica y logística para reducir este problema a cero y no se está haciendo.
Nada se puede esperar del gobierno de Michelle Bachelet, quien tiene una cercanía ideológica con esos movimientos terroristas. Chile es un país gobernado por una presidenta socialista de corazón comunista y su plantel está formado también por gente de izquierda, que quieren pasar una retroexcavadora, son gente que quiere cambiar las instituciones así sea por la vía revolucionaria.
Es imposible pedirle ayuda a un gobierno que además tiene un serio complejo con el uso de la fuerza pública, porque para ellos es un acto represivo cualquier acción de orden de parte del estado. Lo máximo que harán es poner simples cámaras en la vía y formar comisiones inútiles que no sirven para resolver nada y eso genera que la gente se esté yendo, tratando desesperadamente de vender sus propiedades, otros se están armando para protegerse ellos mismos, ya que el gobierno se hace el ciego. Es muy probable que esto termine en un enfrentamiento entre civiles y terroristas, porque se sienten abandonados y desprotegidos, ya que estos movimientos terroristas crecen entre la indiferencia y el miedo.
Muchos de estos terroristas fueron entrenados en Colombia por las FARC y existiendo la inteligencia para detenerlos, porque hasta los civiles los conocen por nombre y apellido, ¡el Estado decide hacer nada!. El gobierno en este asunto simplemente no existe.
Este gobierno tiene muchas actitudes “¿y qué?” Entre esas cosas la celebración de la ministra Javiera Blanco, que festeja por ser absuelta de la acusación por las muertes de cientos de niños en el SENAME (Servicio Nacional del Menor) y si bien el tribunal contaba con los votos políticos para absolverla y así lo hizo, no es un tema para reír. Cientos de menores han muerto por mala gestión y aunque te absuelvan de aquello, si bien representa un alivio personal, sigue habiendo una tragedia en medio, los niños siguen sin recibir justicia, pero como ya estamos en la etapa en que el gobierno perdió la vergüenza, simplemente se rige por el ¿y…?
El gobierno parece decir en la cara de los ciudadanos -¿Nos acusan constitucionalmente por las muertes en SENAME? Da igual porque tenemos los votos políticos para revertirlo aunque nos acusen mil veces ¿y qué? – La economía está al borde de la recesión ¿y qué? – En salud hay un déficit espantoso ¿y qué? – La educación se cae a pedazos porque murió la noción de esfuerzo y respeto, los pseudo estudiantes bandalizan y destruyen colegios completos ¿y qué? – Todo sea por la revolución COMPAÑEROS!