Los estudiosos del derecho constitucional […] no encontrarán en el nuevo texto [de la Constitución] lecciones sobre arquitectura institucional, sistema de Gobierno o equilibrio de poderes. En su lugar encontrarán abundante material anecdótico. ¿Cuál Constitución en el mundo establece tasas de interés, formaliza el embuste, garantiza la inmortalidad de los ancianos, nacionaliza las enfermedades y da a los jóvenes de 16 años al mismo tiempo el derecho a votar y a quedar impune de crímenes electorales? Nuestra originalidad será haber creado una nueva teoría constitucional: la del “progresismo arcaico”. ~Roberto Campos, 1988.
Los medios brasileños informan que el estudiante de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) Igor Westphal puede ser sentenciado a pagar una multa de R$50.000 (US$15.700) por “daños morales colectivos” luego de subir una imagen considerada racista a Facebook.
Según la publicación, en 2013 el estudiante publicó una imagen de un hombre negro de rodillas que ofrece bananas a una mujer también negra. El Ministerio Público Federal brasileño inició un proceso civil contra Westphal, pero también nombró a la UFSC como acusada, por haber permitido que el estudiante publicara la imagen en su página institucional de Facebook.
La polémica imagen había sido publicada originalmente en un sitio de humor nigeriano. Según los propios fiscales, la intención allí era criticar la pobreza en el país africano.
Luego de la publicación en Facebook, un representante del Consejo de Poblaciones Afrodescendientes de Santa Catarina (Cepa) pidió al Ministerio Público Federal que iniciara una investigación del hecho. Durante la misma, los fiscales encontraron que el estudiante había hecho otras publicaciones en redes sociales que aparentemente tenían un contenido racista.
El fiscal principal del caso, Maurício Pressutto, solicita que el estudiante sea obligado por la justicia federal a pagar una compensación de R$50.000 como mínimo. También pide que la corte obligue a la UFSC a publicar la sentencia en su página web, así como en la prensa nacional “al menos dos veces”.
Según la Constitución Federal de Brasil, ratificada en 1988, “la práctica del racismo es un acto criminal” pero los constituyentes no elaboraron una definición precisa de lo que constituye un acto racista.
Esto dio a pie a actos sumamente cuestionados, como el intento del Instituto de Defensa Racial y Ambiental de prohibir obras clásicas de la literatura brasileña de Monteiro Lobato por supuestos “contenidos racistas“.
La ONG brasileña Safernet Brasil asegura que solo en 2013 registraron 78.690 acusaciones anónimas de racismo en todo el país, a pesar de que la Constitución no protege el ejercicio del anonimato.