EnglishRand Paul sostuvo una inusual conversación con el presidente Obama hace unas semanas. Durante la llamada telefónica, el joven senador Republicano de Kentucky elogió al presidente por indultar a 22 drogadictos que habían sido sentenciados a prisión en marzo.
La conmutación de sentencias relacionadas con las drogas era parte de una campaña impulsada por el presidente desde hacía más de un año.
La cruzada de Paul para reformar el sistema judicial criminal de Estados Unidos está bien documentada, pero cuando la ciudad de Baltimore comenzó a arder en llamas luego del funeral de Freddie Gray, los comentarios de Paul llevaron a algunos simpatizantes a cuestionar las ideas del senador.
En Detroit, Paul, acompañado de una pequeña multitud, visitó una comunidad donde predominaban los afroamericanos y los demócratas y habló de las reformas del sistema judicial y criminal, y de libertades económicas. La oficina del partido Republicano en la avenida Livernois no suele ser un sitio muy concurrido por los miembros importantes del partido; sin embargo, eso no impidió que el candidato presidencial de Kentucky fuese al lugar.
Antes de hablar de los problemas, Paul desarmó una hilera de filas. Su idea de un encuentro productivo no incluía un podio. “Creo que así se presta para una mejor atmósfera” dijo Paul mientras le pedía a los demás que se sentaran con él en un círculo.
Esta no es la primera vez que Paul tiene un encuentro con los líderes de las comunidades afroamericanas. Antes de Detroit, mantuvo reuniones similares en Atlanta, Chicago, el oeste de Louisville (donde se crió Cassius Clay) e incluso en Ferguson.
Pero antes de promover su propia agenda y sacar a relucir el proyecto de ley que presentó junto al senador Cory Booker (Nueva Jersey), la denominada Redeem Act, él escuchó.
Durante la reunión, dijo que desea restaurar el derecho al voto de los excriminales pacíficos y facilitar a los jóvenes y adultos no violentos que hayan infringido la ley que se mantengan en secreto sus registros criminales. Parte de la conversación giró en torno a los esfuerzos de Obama por restaurar las protecciones de la Quinta Enmienda contra la confiscación de bienes, una práctica que perjudica desproporcionadamente a las poblaciones afroamericanas e hispanas.
“Hay personas que han estado en la cárcel 15, 18 años por drogas, mientras los blancos que cometen el mismo delito salen de prisión luego de seis meses o un año” aseguró Paul, que considera inaceptable ese hecho.
Ante la situación en la que se ve sumida Baltimore, víctima de una serie de políticas agresivas de “tolerancia cero” avaladas tanto por demócratas como por republicanos, Paul recordó a los residentes de Detroit que pocos conservadores han sido capaces de entender el verdadero origen de los problemas que aquejan a la ciudad más grande de Maryland.
Según el diario The Hill, el representante de Ferguson en la Cámara de Representantes, William Lacy Clay, ha mostrado un poco de emoción al hablar de Paul. “Los demócratas blancos han estado en silencio” desde los hechos de Ferguson, dice Clay; “no han hecho ninguna propuesta concreta sobre cómo mejorar esta situación, no han sugerido nada para dar forma a una justicia más equitativa en nuestro marco legal”. Pero Paul si lo ha hecho, señala; “espero que esa sería la discusión de la campaña de 2016 y más allá”, agregó el diputado, quien agregó que “Paul podría hacerse con un número significativo de votos afroamericanos en 2016 si mantiene en su agenda esos puntos”.
Paul continúa en su búsqueda por ampliar el atractivo del Partido Republicano entre los miembros de los grupos históricamente marginados. Una encuesta de Bluegrass reveló que el candidato está teniendo un mejor impacto del esperado entre los afroamericanos. Mientras sus comentarios sobre los hechos de Baltimore pueden haber causado malestar entre algunos de sus seguidores, las acciones de Rand Paul parecen estar rindiendo frutos.
Editado por Pedro García Otero.