EnglishGary Becker, premio Nobel de Economía, economista y sociólogo de la Universidad de Chicago, falleció el 3 de mayo por complicaciones después de una cirugía a la que había sido sometido recientemente. Becker es ampliamente reconocido como un académico innovador que sintetizó varias disciplinas, y Milton Friedman incluso lo llamó “el más grande científico social del último medio siglo”.
Tom Palmer, vicepresidente ejecutivo de los programas internacionales de la Red de Atlas, comentó que “el stock de capital humano se redujo drásticamente” con la muerte de Becker. Quienes estén familiarizados con el trabajo de Becker reconocerán una sutil referencia a sus contribuciones a las ideas sobre el capital humano, un área que aún estaba “en ciernes” cuando empezó a desarrollarla a principios de los años 60.
El status de Becker como un economista famoso y estimado alcanzó su clímax cuando recibió el Premio Nobel de Economía en 1992. La adjudicación se produjo en reconocimiento de que Becker “extendió el alcance de la teoría económica a aspectos de la conducta humana que solo habían sido previamente tratados ‒si es que se habían abordado en absoluto‒ por otras disciplinas de las ciencias sociales como la sociología, la demografía y la criminología”.
La idea de Becker de que la educación es una inversión en capital humano era nueva en ese momento, pero hoy en día se considera como mero sentido común. Además, sus ideas sobre el crimen, la economía de la familia, el matrimonio y la discriminación (este último es el tema de su tesis doctoral) fueron tan influyentes que han creado nuevos campos de investigación económica.
Originario de Pennsylvania, Becker completó una licenciatura de tres años en matemáticas en la Universidad de Princeton, en la que obtuva la distinción summa cum laude. Allí “tomó accidentalmente una clase de Economía”, y según su biografía académica de la Universidad de Chicago, dijo que se sintió “muy atraído por el hecho de que una materia que se ocupaba de la organización social presentase un fuerte rigor matemático”.
Sin embargo, admitió que perdió interés por la Economía durante su último año en Princeton debido a que la disciplina no parecía ocuparse de cuestiones sociales importantes. Milton Friedman, que se convirtió en su “entusiasta mentor”, renovó el interés de Becker recordándole que la Economía era una “poderosa herramienta para analizar el mundo real”.
En su autobiografía, Becker señala que “durante mucho tiempo el tipo trabajo que hacía fue ignorado o fuertemente rechazado por la mayoría de los economistas reconocidos. Se me consideraba heterodoxo hasta el punto de que se dudaba de si yo era realmente un economista”. James Heckman, un colega, amigo y compañero del ganador del Premio Nobel señaló que Becker “perseveró académicamente…. No se limitó a escuchar a los críticos, sino que también les respondía. Eso siempre lo enriquecía”.
Gracias a su formación académica integral, Becker dio clases en la Universidad de Columbia desde 1957 hasta 1969, antes de pasar el resto de su carrera académica en la Universidad de Chicago enseñando Economía y Sociología. Durante ese período temprano de su carrera recibió la Medalla John Bates Clark de la Asociación Americana de Economía en 1967, reservada para los economistas estadounidenses menores de 40 años que “se considera hayan hecho la contribución más significativa al pensamiento y conocimiento económicos”. En 1987 fue nombrado presidente de la Asociación Americana de Economía.
La dedicación a la Economía “impregnó todos los aspectos de la vida de Becker”, según lo señala un obituario publicado en UChicago News. Conoció a su segunda esposa mientras le regateaba el precio de un juego de comedor, acerca de lo cual comentó que “No me importaba el dinero. Se trataba del principio, no quería venderlo por menos de lo que valía”.
Tal como Milton Friedman invirtió en el capital humano de Becker como académico y como ser humano, Becker invirtió en otros. Sus estudiantes, compañeros y colegas aprovecharon por igual la oportunidad para halagarlo como intelectual y como persona. Michael Strong, CEO de FLOW y empresario educativo, hizo su tesis doctoral con Becker y lo describe como un “gran ser humano, con una decencia humana y una integridad difíciles de encontrar”.
Sufrió una cantidad enorme de abusos verbales tanto por su labor académica como por su defensa pública de las teorías de libre mercado, pero las supo manejar con ecuanimidad y siguió trabajando constantemente para hacer del mundo un lugar mejor…. Él siempre estuvo a favor de mis esfuerzos para aplicar estrategias empresariales a la misión de hacer del mundo un lugar mejor, incluyendo el proyecto de las ciudades startup. Ahora que se ha ido, Vernon Smith puede que esa el único premio Nobel viviente que sigue siendo un defensor sincero de la libertad económica como remedio de la pobreza global.
Greg Mankiw, presidente del Departamento de Economía de la Universidad de Harvard, escribió que la impresión que obtuvo de sus limitadas interacciones con Becker fue de que era “un hombre verdaderamente agradable, así como un académico pionero”. Robert Zimmer, Presidente de la Universidad de Chicago, también dijo que Becker “era muy audaz intelectualmente. Como estudioso y como persona, representó lo mejor que la Universidad de Chicago aspira a ser”.
Nota del Editor: Gary Becker fue particularmente importante en el desarrollo intelectual de muchos miembros del staff de PanAm Post. Reconocemos el valor de su legado y enviamos nuestras condolencias a su familia y sus allegados.