Extorsión como medio de vida
El negocio ilegal más grande de las maras es la extorsión, es su principal sustento económico, no lo son los ingresos por venta de sustancias ilegales. Uno de los mayores retos para que el fenómeno de las maras desaparezca es que sus miembros encuentren un soporte económico que les permita salir de las pandillas.
La ONG International Crisis Group publicó un estudio llamado “El salario del miedo: maras violencia y extorsión en Centroamérica”, en el que se hace una radiografía sobre este fenómeno.
Según cifras oficiales del la Fuerza Nacional Antiextorsión, al año en El Salvador se pagan US $390 millones de extorsión, $200 millones en Honduras y $61 millones en Guatemala. Son números estimados, ya que es imposible cuantificar exactamente este número, debido a que muchas personas no denuncian o mienten sobre la cantidad real que pagan a las pandillas.
La extorsión es el motor económico de las pandillas, otras cifras estiman que al año en El Salvador esta tiene un costo directo de US $756 millones para la empresa privada. La extorsión también causa desplazamiento de personas, quienes huyen de las maras al no poder o negarse a pagar las extorsiones.
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Las maras utilizan este dinero para mantener a sus familias, sobornar a guardias en las cárceles, pagar abogados y mejorar las condiciones en las que se encuentras los prisioneros. Las pandillas han constituidos empresas para lavar este dinero. El pasado julio, la Operación Jaque desarticuló parte del poder económico de la Mara Salvatrucha. Durante ese operativo fueron detenidas 70 personas relacionadas con negocios con los que la Mara Salvatrucha lavaba sus ingresos ilícitos.
La extorsión también es un medio de control territorial; las personas que viven en territorios controlados por las maras pagan por temor a ser agredidos, se le llama “economía de la protección”. En Honduras se estima que el 79 % de las pequeñas empresas son extorsionadas y el 80 % de los comerciantes informales también lo son.
El sector de transporte es particularmente vulnerable. En El Salvador 692 transportistas fueron asesinados entre 2011 a 2016. En Guatemala han sido asesinados 498 conductores y 158 cobradores entre 2009 y 2011. En Honduras fueron asesinados 84 taxistas solo en 2012.
La extorsión continúa el ciclo de violencia ejercida por las maras en contra de la población civil y en contra de trabajadores. La mayoría de las extorsiones son controladas directamente desde las cárceles.
Primeros pasos privados para romper el ciclo de las pandillas
Para disminuir el impacto de las extorsiones hay que reemplazar el ingreso de los pandilleros y promover formas para que ellos tengan ingresos por medio de empleos legales, así también las pandillas poco a poco dejarán de controlar grandes áreas urbanas y rurales.
Existen estigmas sobre las personas que viven en ciertas áreas en El Salvador, conseguir trabajo suele ser difícil o hasta imposible si se nació en áreas controladas por las maras o si una persona decidió dejar de ser marero, sus tatuajes hablan en contra de ellos.
La League Collegiate Outfitters, una maquila en El Salvador, ha decidido cortar ese ciclo vicioso y darle empleos a expandilleros. Un 25 % de sus empleados son expandilleros, a quienes no solo les brinda empleos; para todos sus colaboradores la empresa brinda clases de ingles y financiamiento para comprar computadoras para sus familias.
“Nuestra meta es que 25 % de los empleados se mueva a un call center, eso significa que un operario pase de ganar US $300 a $600 al mes en un call center”, explicó Rodrigo Bolaños en un reportaje a El Diario de Hoy en El Salvador, y añadió que la empresa tiene un promedio de crecimiento de 20 % cada año.
League Centroamérica se dedica a fabricar ropa para 3000 universidades en los Estados Unidos y tiene aproximadamente 400 empleados. Entre sus clientes está la Universidad de Harvard y el MIT.
El programa Fuerza en Movimiento de CNN le dedicó “Oportunidades del tejido”, un capitulo a esta empresa. En él, un expandillero explica cómo en la empresa tiene trabajo y oportunidad de tener un empleo y poder estudiar.
En noviembre de 2016 esta empresa recibió un reconocimiento a la excelencia corporativa entregada por la embajada estadounidense en El Salvador. “League está dedicada a tomar lo que ofrece la comunidad y transformar esa mano de obra en una fuerza laboral mejor educada. Esta empresa sabe que en cualquier solución a los problemas de seguridad de El Salvador se debe de abarcar el empleo digno, la educación continua y la reinserción social de las poblaciones en riesgo y League pone en práctica lo que predica”, manifestó Jean Manes, embajadora.
En 2010 League comenzó a ofrecer clases para sus empleados que no habían terminado la educación primaria y en febrero de 2016 inició una alianza con la Universidad Don Bosco, ofreciendo programas universitarios en sus instalaciones. Noventa empleados están inscritos en las clases universitarias, los costos son distribuidos entre varios programas de la empresa y otros donantes.
“Esto es interesante porque nosotros nos vemos como una compañía en el negocio del desarrollo humano. Los empleados están muy entusiasmados porque aprenderán lo suficiente para poder ganarse la vida”, expresó Bolaños, al explicar este programa.
League busca solucionar el fenómeno de las maras de raíz. Muchas veces la violencia y las extorsiones no solo son un problema, también es un síntoma de este fenómeno social.
Respuestas gubernamentales a las maras
Los Gobiernos han hecho planes en contra de las maras, como Mano Dura en El Salvador, Plan Escoba en Guatemala o Tolerancia Cero en Honduras. Estas respuestas no siempre incluyen programas reales de reinserción a la sociedad. Ni tampoco buscan fortalecer el Estado de derecho en sus países.
Por medio de violencia buscan controlar el comportamiento de las maras. el más reciente de estos son las “Medidas extraordinarias” en contra de las maras en El Salvador. Iniciaron en abril de 2016 por un año y han sido renovadas hasta abril de 2018, estas buscan controlar los centros penales para evitar que las pandillas ordenen delitos desde las cárceles.
Entre las medidas se encuentran no trasladar reos entre centros penales, restricción o suspensión de visitas y restricción de movimientos en el interior de los centros. Están suspendidas los traslados de reos para cualquier clase de audiencia judicial y otros actos judiciales; estas audiencias han sido paradas hasta nuevo aviso.
Con las cárceles de El Salvador con sobrepoblación de un 300% varios grupos de derechos humanos están denunciando al Gobierno y reclamando abusos de los derechos de todos los prisioneros. La Procuraduría General de la República de El Salvador (PDDH) ha denunciado que dentro de las prisiones a los reos se les da la comida directamente en sus manos y hay brotes de enfermedades contagiosas y no entran médicos a las cárceles para tratar a los enfermos.
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Los reos al no poder recibir visitas de sus familiares no tienen acceso a productos de higiene personal; y esta situación se agrava debido a que no hay agua corriente en las prisiones. En algunas celdas conviven 130 personas, cuando están hechas para 28.
Los Estados Unidos también sufre las consecuencias de las maras. Miles de personas buscan emigrar ilegalmente, huyen del control territorial de las maras y buscan más oportunidades económicas. Para disminuir este flujo de inmigrantes ilegales los Estados Unidos creó en 2015 el plan Alianza para la prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica, para crear condiciones políticas, sociales y económicas favorables para estos países.
La Alianza para la Prosperidad no hace nada por asegurar que los principios que aseguran una sociedad libre y prospera sean fortalecidos. El Estado de derecho, la creencia que nadie está por encima de la ley, ni sus gobernantes ni ciudadanos están por encima de la ley, es fundamental para que las reglas de juego en una sociedad estén claras y así las personas puedan buscar su prosperidad sin que el gobierno intervenga en contra suya. También sirve para mantener los gobernantes a raya para que no abusen del poder encomendado a ellos.
Un cheque no hará que la migración pare. Este programa tiene varios errores en su raíz, le da dinero a países con altas tasas de corrupción en sus Gobiernos y carece de formas de asegurar que ese dinero vaya a su destino. Sin ni siquiera pedir austeridad fiscal a estos países. Ni incluye una manera de incluir a los expandilleros en la sociedad y que los pandilleros no recurran a la extorsión como forma de conseguir dinero.
Evolución de las maras: de grupos juveniles a motores de extorsión
Las maras iniciaron como grupos juveniles, pero mutaron a ser organizaciones altamente sofisticadas.
Los efectos de las guerras civiles en Centroamérica siguen moldeando esos territorios. Las maras son hijas de esa época. Estas asociaciones nacieron en los Estados Unidos y migraron al Triángulo Norte debido a las deportaciones de personas ilegales de regreso a sus países de origen. Actualmente, las maras son responsables de asesinatos, actos de violencia, abusos a mujeres y desplazamientos forzados.
Cifras oficiales estiman que solo en El Salvador hay 70.000 mareros y diferentes estudios —como el de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)— tienen cifras más conservadoras, establecen que hay 20.000 pandilleros en El Salvador y su red se extiende hasta 400.000 personas. El mismo estudio estima que hay 22.000 y 12.000 pandilleros en Guatemala y Honduras respectivamente.
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Niños y adolescentes que migraron debido a las guerras civiles de sus países, y llegaron a vivir a zonas marginales de Los Ángeles, se incorporaron a las estructuras ya existentes. Al regresar a sus países, después de ser deportados, establecieron estructuras similares a las de los Estados Unidos.
Las maras comenzaron a tener control de zonas marginales, colonias de clase media, colonias dormitorio y áreas rurales. Asimismo, ejercieron control territorial, en donde las personas que viven bajo el control de una mara no pueden ir a áreas donde la otra pandillas ejercen control. Las extorsiones a negocios y casas particulares comienzan y son controladas desde las cárceles, donde los cabecillas cumplen condenas.
Finalmente, la violencia provocada por las pandillas se puede dividir en enfrentamientos con la policía, rivalidades entre los grupos principales (Mara Salvatrucha y Barrio 18), violencia en contra de civiles por crímenes relacionados con el control territorial. Además, la relación de las maras con grupos de narcotráfico ha hecho que diversos países consideren a las maras como una amenaza para la seguridad nacional.