
El Gangnam Style, la canción cuyo video es el más visto de todos los tiempos en YouTube, surgió en la República de Corea, popularmente conocido como Corea del Sur. La canción que puso a bailar al mundo entero en 2012 es una representación de la libertad que se vive en Corea del Sur en contra de su vecino, Corea del Norte.
Ambos países parecen hermanos gemelos separados al nacer: uno fue adoptado por el comunismo y el otro por la economía de mercado. Y a poco más de 60 años de esa separación vemos las trágicas diferencias de un país sin libertad y del otro que sí la tiene.
La llamada “República Popular Democrática de Corea” (llamada también Corea del Norte) y el Sur se separaron durante agosto de 1945, cuando la Segunda Guerra Mundial terminaba. El Norte con presencia soviética y el Sur con presencia estadounidense. Rusia y Estados Unidos determinaron un punto para su división.
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En 1950 el Norte, apoyado por Rusia y China, atacó al Sur, intentando dominar toda la península. Por tres años se libró una guerra por la península, el terminar se marcó una frontera entre los dos países. Hasta antes de la guerra, el Norte era más rico que el Sur, con una pujante industria de acero y química, mientras que el Sur era visto como un sector agrícola.
A partir de 1953 los caminos comenzaron a separarse. Mientras una región crecía en riquezas la otra adoptaba el maoísmo.
La pujante economía de Corea del Sur es lo opuesto la de su país hermano: Corea del Norte. El Producto Interno Bruto (PIB) per cápita es de USD $33,200 vs USD $1,800 respectivamente.
Mientras que el Sur es conocido por el Gangnam Style, Samsung, Hyundai Motors, LG, entre otros. El Norte es conocido por: ninguna empresa mundial, sino por su emperador, Kim Jong-un. El nieto del primer dictador del Norte es conocido por ejecutar a sus ministros y altos mandos de su ejército si considera que ellos son una amenaza para su Estado.
El Sur está en la posición 35 de 159 en el Índice de Libertad Humana efectuado por el Cato Institute. El Norte es tan hermético que no se conoce ningún detalle para elaborar un perfil adecuado sobre ese país. Norcorea no tiene una oposición política a su régimen, ni libertad de prensa, de asociación ni de religión. Sus ciudadanos se valen del mercado negro para adquirir aparatos electrónicos como DVD.
La presencia de extranjeros en el Norte no es bienvenida debido a la fuerza autoritaria de su estado.
El régimen “le lava el cerebro” a todos los ciudadanos, asegurándole que ellos son la nación más próspera de la tierra, que no hay un sitio donde las personas sean más felices que allí. Que otros países son envidiosos de su sistema y que por ello inventan mentiras sobre ellos.

A escondidas, los norcoreanos que de alguna manera u otra tienen contacto con algún extranjero comienzan a escuchar historias contrarias, en la que los extranjeros le narran que ellos no deben de pedir permiso para viajar de ciudad en ciudad, donde no tienen lecciones semanales de autoevaluaciones en los que el Gobierno los fuerza a meditar sobre sus acciones. Ni son enviados a campos de concentración si intentar escapar a otro país.
Para Park Sang Hak, un disidente norcoreano que al momento de huir de Corea del Norte era hijo de un espía para el Gobierno que estaba radicado en Japón, esta información fue contradictoria y poco a poco se fue enterando que las cosas no eran tal y como las decía el dictador norcoreano.
Era 1999 cuando su padre conoció la envergadura de la hambruna que azotó a Norcorea (se calcula que murieron más de 3 millones de personas en un país de 22 millones) y temeroso que el Gobierno mandara a matar a las familias de los funcionarios que conocían el hecho mandó a sacar a su familia de Norcorea.

El Estado mató a la familia extendida de Park Sang después que se marcharon, esto lo motivó a trabajar por los derechos humanos de sus compatriotas. Junto a otros disidentes como Park Yeonni y Kim Heung Kwan se dedican a combatir el régimen.
Su lucha no es una violenta, sino que luchan con información. Junto a la Human Rights Foundation (HRF) se dedican a hackear el régimen mediante globos con helio, panfletos y memorias USB.
“Flashes for Freedom” (Memorias USB por la libertad) es la campaña de HRF junto a Forum 280. Las organizaciones reciben de todo el mundo memorias USB, borran sus contenidos y los llenan con información sobre el resto del mundo. Las llevan a Corea del Norte por medio de globos.
Durante el 2016 se recibieron unas 10,000 memorias usb, varias miles ya fueron enviadas desde el Sur al Norte y este año las organizaciones esperan poder ingresar 50,000 de ellas.
“La verdad es una herramienta increíblemente poderosa” expresó Alex Gladstein, director de estrategias de HRF al medio Business Insider.
Con esta campaña se busca mostrarle a los norcoreanos cómo es el mundo exterior, que su vecino del sur no es un país malvado. Quieren abrirle el mundo un archivo de texto, películas y música a la vez.
Así que la siguiente vez que usted baile en Gangnam Style recuerde que, con contadas excepciones, todo el mundo pudo escuchar esa canción y una de esas excepciones es un país hermano que fue separado al nacer.