EnglishDespués de una década de negociaciones, Canadá y Honduras finalmente han logrado un acuerdo bilateral de libre comercio (TLC), incluyendo cero aranceles para el 98% de las categorías de bienes.
El acuerdo ha de entrar en vigor el 1 de octubre, según un memorando de entendimiento, firmado el 15 de septiembre por Erin O’Toole, del ministerio de Comercio Internacional de Canadá y Sofía Cerrato, embajadora de Honduras en Canadá. El documento aborda la cooperación ambiental y laboral, y delinea cómo Canadá y Honduras interpretarán, aplicarán y administrarán las obligaciones relativas a los procedimientos aduaneros.
El largo camino hacia un tratado de libre comercio
Canadá inició las negociaciones con las naciones centroamericanas CA-4 (El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua) en 2004, combinando las discusiones relacionadas con el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-CAFTA). Sin embargo, la presencia de Canadá en esas negociaciones resultaron infructuosas, y únicamente Honduras se mostró interesada en mantener negociaciones adicionales con Canadá.
En octubre de 2010, los dos países revivieron las negociaciones, y una primera ronda de conversaciones comenzó en Ottawa en diciembre de 2010, seguida por una reunión en Tegucigalpa en febrero de 2011. Las negociaciones concluyeron en agosto de 2011, pero la conclusión del acuerdo se mantuvo pendiente hasta ahora.
MT @KellieLeitch: Congrats Ed Fast. Completing the Canada-Honduras FTA today. A great opportunity for both countries pic.twitter.com/8fk4SwI0xU
— Canada Trade (@CanadaTrade) November 5, 2013
El paso de tortuga continuó por más de tres años. Los ministerios de Economía de los dos países firmaron el TLC en Ottawa, el 5 de noviembre de 2013. Luego, en enero, el Parlamento canadiense aprobó el TLC mediante la Ley de Prosperidad y Crecimiento Económico entre Canadá y Honduras, aunque la confirmación final llegó ocho meses más tarde.
Respecto de la sanción de la ley, el ministro de Comercio Internacional canadiense Ed Fast declaró que su “Gobierno comprende que el comercio y la inversión son dos motores de la economía global que conducen a un mayor crecimiento, la creación de buenos trabajos y más prosperidad. Es por eso que continuamos abriendo nuevos mercados alrededor del mundo para nuestros exportadores. Solo en América Latina, Canadá posee seis tratados de libre comercio”.
Victoria Henderson, directora ejecutiva del Instituto de Análisis Económico y Social (ISEA) analizó para el PanAm Post los distintos beneficios y desventajas que acarrean los acuerdos de este estilo: “En la medida que las barreras al comercio se reduzcan y la competencia se incremente, el resultado de cualquier TLC arroja un balance positivo”.
Sin embargo, Henderson advierte que puede haber una tendencia entre los negociadores del TLC a ignorar los rigores del cambio: “Tenemos que reconocer que los TLCs causan cambios en el panorama del empleo, y esto puede dificultar su presentación en el escenario político. Una excesiva reorganización en poco tiempo puede ser desestabilizadora. Sin embargo, en el largo plazo, el proceso de reorganización es lo que nos permite trabajar en conjunto para maximizar nuestras fortalezas”.
Derechos laborales: Un verdadero escollo para el TLC
Los funcionarios hondureños ven en el TLC tanto una oportunidad para comerciar con Canadá, así como para establecerse como país respetuoso de los derechos humanos. Las regulaciones laborales en materia de higiene y seguridad de Canadá son de las más estrictas del mundo, y los funcionarios canadienses no firman acuerdos con naciones que no alcanzan a cumplir eso estándares.
Uno de los requisitos más apremiantes para que Canadá acceda a ingresar al TLC era que Honduras respetara los derechos laborales básicos. Específicamente, Honduras debía cumplir sus obligaciones como miembro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con sede en Suiza, y sus compromisos con Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo (1998). Por ejemplo, Honduras debe respetar la libertad de asociación y el derecho a la negociación colectiva, eliminar todas las formas de trabajo forzado o esclavo y trabajo infantil, y prohibir la discriminación en el empleo.
Relación floreciente
Para Honduras, una relación con Canadá presenta una oportunidad promisoria. El gran mercado canadiense le ofrece consumidores de productos como café gourmet, del sector pesquero, frutas y vegetales, azúcar y ropa. Además, podría impulsar a fábricas extranjeras a reubicarse en Honduras, que desde ahora podrán aprovechar una ruta más abierta hacia el mercado canadiense.
Incluso antes de entrar en vigencia el acuerdo, Canadá ya era uno de los principales socios comerciales de Honduras: un 12,5% de la inversión extranjera directa en 2012 fue canadiense, y el comercio de bienes entre los dos países ha crecido un 46% en los últimos 5 años.
Henderson opina que “los negociadores del TLC [estaban] buscando obtener los mejores términos para sus respectivas partes. Dicho esto, la gran preocupación es asegurar que los pesos pesados de la industria doméstica no utilicen sus influencias políticas de una manera que convierta al TLC en una extensión de los privilegios arraigados”.