Probablemente Ludwig von Mises haya sido uno los economistas y filósofos sociales más grandes del siglo XX. Sin embargo, a pesar de haber hecho aportes fundamentales a la economía, el legado de este integrante de la escuela austríaca de economía parece haber quedado en el olvido, especialmente entre políticos y los encargados de diseñar políticas públicas.
Su nombre no es de los que más resuenan a la hora de enumerar prestigiosos economistas. Y es comprensible: sus ideas no son funcionales a las aspiraciones de acumulación de poder siempre pretendidas por políticos. Mises era un férreo defensor de la no-intervención en todos los planos, ya sea en la economía, en la vida privada de los individuos o en la política exterior de los Gobiernos.
Quizás su gran hito en el ámbito de la economía haya sido probar que el socialismo era un sistema inviable al estar imposibilitado el cálculo económico. En su ensayo “El cálculo económico en el sistema socialista“, Mises demuestra como ante la ausencia de la propiedad privada y, por lo tanto, la inexistencia de precios, es imposible que se produzca una asignación eficiente de los recursos.
Por ejemplo, a la hora de construir un puente, un ingeniero podría determinar que el hierro, el acero y el platino son todos materiales adecuados en dicho lugar para su construcción, guiándose por los precios, que dan cuenta de la escasez relativa. Pero en un sistema socialista, la pregunta acerca de qué material sería el más eficiente en términos económicos no tiene respuestas ante la ausencia de estos indicadores.
Mises va más allá. En su libro El socialismo lleva a cabo un análisis que excede a la economía, y estudia de manera exhaustiva las relaciones sociales. No solo describe los defectos económicos de tal sistema, sino que además detalla el impacto que una “sociedad planificada” tiene en su organización social, familiar y en su relación con el resto del mundo:
Las masas son incapaces de asimilar que en la vida económica nada es permanente excepto el cambio. Consideran el estado de cosas como eterno; como si así ha sido y así siempre será.
En la Acción Humana (1949), su obra maestra, Mises aborda toda la teoría económica de la escuela austriaca, una escuela que rechaza la econometría, los modelos matemáticos, y los supuestos imaginarios en los que está fundamentado gran parte de la disciplina actual. Allí, retoma su explicación sobre la moneda, el crédito y el impacto en los ciclos económicos, que 60 año más tarde fue utilizada por los economistas que adhieren a esta escuela para predecir la burbuja inmobiliaria que desencadenó la crisis de 2008.
Con motivo del 133º aniversario su nacimiento, el 29 de septiembre, Hana Fischer, investigadora, periodista y columnista de PanAm Post, fue entrevistada en la televisión uruguaya sobre este gigante cuyas ideas se tornan más vigentes que nunca. Incluso esta semana se reveló que uno de los discípulos de Mises, Israel Kirzner, es un fuerte candidato para el Nóbel de Economía que será anunciado el próximo martes 13 de octubre.