La economía de Venezuela ya lleva tiempo en estado terminal. La alta inflación, la escasez generalizada producto de la falta de divisas, los controles de precios y el control de cambios, han generado una debacle económica que parece no tener final. A pesar de que el presidente Nicolás Maduro siga sosteniendo que promueve el “Socialismo del siglo XXI”, la realidad es que sus políticas y las del fallecido Hugo Chávez no hacen otra cosa que alejar cada vez más a Venezuela de la prosperidad característica de este siglo.
Mientras tanto, el gobierno de Maduro no deja de apretar el torniquete que aplica sobre la economía. Desde hace una semana se esperan los anuncios del llamado “sacudón bolivariano“. Se pretende hacer una revolución dentro de la revolución según el propio mandatario. Nadie espera verdaderos cambios. Maduro seguirá insistiendo en el rumbo fuertemente intervencionista que ha tomado el gobierno venezolano desde el ascenso al poder de Chávez en 1999.
Entre las medidas del “sacudón bolivariano” se especula con un aumento del IVA, entre otros impuestos. Según un estudio de la firma de análisis económico ODH, la carga tributaria de Venezuela sobre las empresas alcanza entre un 65% y 70% de las ganancias. Entre las conclusiones del estudio se señalan a los altos impuestos como una “barrera para la inversión” y una “amenaza a los puestos de trabajo”, que entre 2001 y 2012 se redujeron en un 37,5%.
Eduardo Garmendia, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales, cree que una “revolución fiscal” no solo impactará en los empresarios que no podrán soportarla, sino que además impuestos como el IVA tienen un mayor impacto entre los más pobres, quienes destinan una mayor proporción de su ingreso al consumo. Para Garmendia, la pregunta fundamental es saber, ¿para qué necesita el dinero el gobierno?
El sistema tributario en Venezuela es agobiante. De acuerdo a un estudio de la asociación civil venezolana CEDICE Libertad, los venezolanos deben hacer 70 pagos de diferentes impuestos por año, más del doble del promedio de la región. Si se realiza una sumatoria de todos los impuestos, la presión fiscal en promedio en Venezuela alcanza un 52%, ubicándose en la posición 141 de 183 países. De esta manera, el informe de CEDICE pretende terminar con la falsa idea de que Venezuela tiene impuestos bajos.